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23. 𝓜𝓮𝓷𝓽𝓮𝓼 𝓬𝓸𝓷𝓯𝓾𝓷𝓭𝓲𝓭𝓪𝓼

Sin comprender bien que estaba ocurriendo, Hanbin comenzó a buscar a su hermano por la mansión, mientras que Gyuvin intentaba hablar con Yujin por teléfono.

―¡Matthew! ―dijo Hanbin con preocupación mientras abría la puerta de la habitación de Jiwoong.

―Hyung... ―dijo el joven duque mientras abrazaba a su ex guardia real.

―¿Estás bien? ―preguntó Hanbin

―No te preocupes, antes de que la electricidad se cortara, el joven amo ya se encontraba conmigo ―respondió Jiwoong.

―¿Cuándo regresará la luz? ―preguntó Matthew.

―No lo sé, pero en la sala principal las luces de emergencia se activaron, deberían ir allí ―respondió el príncipe.

De ese modo, sin dejar de abrazarse, el duque y el guardia real caminaron hasta la sala, donde se encontraron con Ricky, Taerae y Gunwook, quienes reaccionaron de manera extraña al verlos tan juntos.

«Entonces lo que me dijo Taerae hyung es cierto. Aún así, mi trabajo es protegerlo» pensó Gunwook.

―Matthew hyung, ¿Te encuentras bien? ―preguntó Gunwook.

―Si... ―respondió Matthew mientras soltaba a Jiwoong ―. Lo siento...

―¿Por qué te disculpas? No es tu culpa temerle a la tormenta ―dijo Ricky sin comprender la situación ―, pero ¿Por qué le temes tanto?

Matthew no quiso responder, así que Jiwoong sujetó sus manos para calmarlo.

«No esperaba que él me buscara cuando la tormenta de desató ¿Qué cambió?» Pensó Jiwoong.

―¡Yujin no responde su teléfono! ―dijo Gyuvin preocupado.

En ese momento, Hanbin y Hao aparecieron con más luces para que todos pudieran ver bien y Gyuvin les informó que no podía comunicarse con Yujin porque la red era inestable.

―¿Dónde puede estar? ¿Alguien sabe con quién se iba a reunir? ―preguntó Hnabin.

―¿Cómo vamos a saberlo? Cuando fuimos a la playa también desapareció por horas ―dijo Taerae.

―Eso no me gusta ―dijo Hanbin ―. Debemos encontrarlo.

―¿Cómo haremos eso? Afuera casi no se puede ver por la lluvia y por los cortes de luz ―dijo Hao ―. Quizás esté refugiado en este momento.

Mientras tanto, en la sala de cine, Yujin y Ollie se encontraban disfrutando de la película sin notar lo que estaba ocurriendo afuera.

«Quiero tomar su mano » pensó Ollie.

«¿Por qué no puedo concentrarme en la película?» Pensó Yujin.

―Eh... ¿Quiere un dulce? ―preguntó Ollie.

―¿Un dulce? Si, claro que si ―respondió Yujin para luego girar su cabeza y encontrarse con Ollie muy cerca.

―Somos pocos en la sala de cine y aquí atrás nadie no está viendo ―Susurró el joven chino.

―Si.... ―Jugó con sus manos ―. Es cierto...

«No voy a esperar a que él haga algo» pensó Ollie.

―Gracias por los dulces ―dijo Yujin para luego ser interrumpido por los labios de Ollie.

«Nos estamos besando» pensó Yujin para después cerrar sus ojos y relajarse por completo.

Ollie sabía exactamente lo que estaba haciendo, y con mucho valor sujetó por detrás del cuello a Yujin para acercarlo más a él mientras ambos jugaban con sus labios y lenguas.