36. 𝓗𝓪𝓼𝓽𝓪 𝓷𝓾𝓮𝓼𝓽𝓻𝓸 𝓻𝓮𝓮𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸

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Entiendo que los aviones que estaban sobrevolando sobre el palacio coreano, no les pertenecía, el rey ordenó rápidamente que se activara el plan de protección para la familia real. El cual consistía en llevar a los nobles a un bunker debajo del palacio.

―¡Papá! ¿A dónde vamos? ―preguntó Matthew mientras los guardias se lo llevaban.

―Solo sigue caminando ―respondió el rey.

―Tranquilo ―Le dijo Hanbin a su hermano ―. Rey, ¿Qué pasará con los demás?

―También los protegeremos ―respondió el rey mientras tomaba la mano de su esposa.

Al no tener más opción, Hanbin y Matthew siguieron caminando sin dejar de sujetar sus manos, hasta que por fin pudieron ver al resto de su familia y amigos.

―¡Hao! ―gritó Hanbin al ver a Hao quien caminaba junto a su primo y a su mejor amigo ―. No te asustes, estaremos bien.

―¿Qué está ocurriendo? ―Preguntó el príncipe chino a pesar de que ya presentía todo.

―¡Sigan a los guardias reales! ―ordenó el rey con firmeza.

Luego de unos minutos, todos en el plació lograron llegar al bunker de protección, pero al darse cuenta de la realidad, muchos de los más jóvenes comenzaron a temblar.

―Yujin... ―dijo Ollie con preocupación ―. Toma mis manos.

Yujin no podía dejar de temblar, pero aun así Ollie lo abrazó, sin importarle que los reyes estaban allí.

―¿Quién eres tú? ―le preguntó la reina a Ollie ―. No te recuerdo.

―Es mi primo ―dijo Hao mientras se ponía frente a él ―. Lo siento ―Hizo una reverencia ―. Él solo estaba de visita.

El rey quería decir muchas cosas, pero para no exponer más a su hijo y concentrarse en el problema principal, decidió mantener la calma.

―Escuchen todos, esta mañana recibí un reporte de que posibles ataques comenzarían a ocurrir, pero según mis fuentes todo iba a ocurrir en las próximas semanas. Al pacer no fui del todo bien informado ―dijo el rey ―. Quizás los aviones fueron solo una advertencia, ya que no parece que estuviese ocurriendo un ataque afuera, pero de todas maneras voy a pedirles que se queden aquí por nuestra seguridad, hasta que pueda trasladar a mi familia a un lugar más seguro, en caso de ser necesario ―Miró al príncipe chino ―. Un helicóptero vendrá por ustedes en unas horas, para llevarlos al aeropuerto.

―¿Qué está diciendo? ―Susurró Ricky en chino mientras veía a su primo.

―Rey, el príncipe Zhang Hao corre peligro en China ―dijo Hanbin.

―También corre peligro estando aquí ―respondió el rey.

Al comienzo, el rey y la reina pensaron en utilizar al príncipe Zhang Hao para su beneficio, creyendo que, si él se encontraba en el palacio, China desistiría de un posible ataque. Sin embargo, ellos no eran de esa clase de reyes y no creían que era justo someter a peligro a más personas inocentes.

―Pero... ―dijo Hanbin para luego ser interrumpido por el brazo de Hao.

―Su alteza real ―le dijo Hao a Hanbin ―. Agradezco mucha su amabilidad. Estoy seguro de que será un rey tan justo como su padre en un futuro, pero me temo que mi lugar no está en este reino y que debo aprender a enfrentar mis problemas. Así como ustedes lo están haciendo.

«No puedo dejar a Hanbin en este país, pero no sé qué debo hacer ahora mismo» pensó Hao.

―Rey, debemos hablar con la fuerza aérea y los militares ―le dijo la reina a su esposo.

𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸𝓼 | 𝓗𝓪𝓸𝓫𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora