𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸𝓼 | 𝓗𝓪𝓸𝓫𝓲𝓷

31. 𝓢𝓮́ 𝓯𝓮𝓵𝓲𝔃

El príncipe Sung Hanbin sabía que no podía dejar a su novio en casa de su primo, así que, pese a que la relación con sus padres no estaba del todo bien. Decidió que lo mejor para todos era hablar con ellos, para que le dieran asilo político al príncipe Zhang Hao, al igual que a su primo y a su mejor amigo.

―¿De qué estás hablando? ―preguntó el rey mientras soltaba su taza de café de la mañana.

―Como oíste, el príncipe Zhang Hao huyó de su país porque sus padres planeaban terminar con su vida ―dijo Hanbin con firmeza ―. Él es mi amigo, al igual que el de mi hermano y de mis primos. De hecho, en este momento se encuentra, junto a su primo y a su mejor amigo en casa de Gyuvin y Yujin.

―No puede ser cierto ―respondió el rey ―. Eso no tiene sentido.

―No puedes ni siquiera comprobarlo, porque China cortó relación con nosotros.

―¿Y por eso piensas que es lo mejor recibir al príncipe aquí? ¿Quieres que China nos odie aún más?

―El príncipe Zhang Hao huyó en un barco de pesca. Debemos darle asilo político, porque, a pesar de que su país está en nuestra contra en este momento, él no tiene poder sobre las decisiones de los reyes. Además, con el príncipe aquí, quizás evitemos un ataque inesperado, ¿No lo crees?

―Solo se que me estás consultando algo sumamente peligroso.

―Estoy pidiéndote algo que está dentro de las reglas del reino. Asilo político en medio de un conflicto de guerra es completamente válido. No podemos dejar que regrese a su país. Los vuelos están cancelados y no sabemos lo que sus padres realmente quieren.

―O quizás solo está aquí para espiarnos. No confío en China.

―Pero confías en mí, ¿No es así?

―Hijo, creo que eres un gran príncipe, pero eres un poco inocente. El príncipe Zhang Hao quizás está fingiendo ser tu amigo, solo para traicionarte. No debes confiar en cualquier persona que apenas conoces.

―Te prometo padre, que el príncipe Zhang Hao no me está engañando. Confío en él y confió en mi juicio.

―Estamos a unos días de ascender de título a Jiwoong y a llevar a cabo su boda, ¿Te parece que es correcto que dejemos que extranjeros ingresen al palacio?

―¿Es correcto que juzguemos a quienes vienen a pedirnos ayuda en medio de un conflicto?

―El príncipe Zhang Hao debería regresar a su país o pedir asilo político en otro sitio. No lo quiero en mi reino. No quiero potenciales traidores aquí.

―Rey...

―No me importa lo que pienses. Yo debo tomar decisiones en beneficio a mi pueblo, no a mis intereses personales y tú deberías aprender sobre de eso.

―Deja que el príncipe Zhang ingrese al reino ―dijo la reina interrumpiendo el momento ―. No nos afectará en nada. Después de todo, nuestro príncipe tiene razón, China no sabe que su heredero está aquí, pero quizás si intentan atacarnos, podemos utilizar eso a nuestro favor.

―Reina, ¿De qué hablas? No es momento de darle asilo al enemigo.

―Hay un dicho que dice, mantén a tus amigos cerca, pero a tus amigos aún más cerca. En este caso, creo que deberíamos utilizar al príncipe Zhang Hao a nuestro favor. Estando él aquí, el reino de China quizás no nos ataque ―dijo la reina.

―Si es cierto lo que el príncipe dice, China lo quiere muerto de todas maneras, pero no sé qué sentido tendría eso, ¿Por qué China le haría eso al heredero? ―dijo el rey.