3. ¿𝓑𝓪𝓲𝓵𝓪𝓶𝓸𝓼?

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Hao no podía creer lo que estaba ocurriendo y es que, además de ser sumamente apuesto, el príncipe coreano parecía ser una persona muy amable y con muchos modales.

«¿Acaso tiene defectos?» Se preguntó el príncipe Zhang hao mientras observaba con detenimiento las manos fuertes y lindas del príncipe.

―Listo ―dijo Hanbin para luego sonreír ―. Ahora no te enfermarás ―Miró las manos del príncipe de china, las cuales no estaban protegidas ―¿No trajiste guantes? ―Sostuvo sus manos.

Las manos frías Hao de inmediato sintieron el calor de las manos de Hanbin, haciendo que ambos se sintiesen un poco nerviosos y se separasen al hacer de nuevo contacto visual.

―Lo siento, fui muy imprudente ―dijo Hanbin evitando ver al apuesto príncipe chino.

―Gracias por preocuparte por mí ―dijo Hao casi en un susurro para luego mirar la fuente de agua la cual estaba congelada ―¿Por qué hiciste una fiesta de máscaras en pleno invierno?

―Para poder conocer a más personas, sobre todo ―Aclaró su garganta ―. Poder hablar con chicas.

«Su defecto es que le gustan las mujeres» pensó Hao.

―Entonces tus padres quieren que te comprometas.

―No, de hecho, la fiesta fue mi idea.

―¿Tu idea? ¿Tus padres no te están forzando a conocer a alguien y casarte? ¿Por qué harías algo así?

―Quiero ser un buen rey algún día y me temo que no he tenido la oportunidad de conocer a muchas personas, ya que crecí en el palacio sin oportunidad de sociabilizar con más personas.

«Ahora entiendo porqué se acercó a mí de manera tan descarada. Él no sabe cuál es el límite que debe tener con los desconocidos» pensó Hao mientras rompía cualquier ilusión.

―¿Tú sabes quién soy?

«Por supuesto que lo sabe» pensó el príncipe chino.

―Si, eres Zhang Hao, el príncipe heredero de China ―Sonrió ―. Eres bastante famoso.

―Con el rostro que tú tienes, también podrías serlo.

―¿Cómo dice su alteza?

―¿Por qué hiciste un baile de máscaras? ¿Acaso no quieres sociabilizar? Deberías enseñarles a todos los invitados tu hermoso rostro.

«¿Acaso me ha llamando hermoso?» Pensó Hanbin con mucha pena.

―No... no creo que eso sea bueno. Hasta que no me case, no debería mostrarme al mundo.

―¿Cómo esperas conocer a alguien si no te muestra cómo eres?

―Esperaba poder hablar con doncellas para conocerlas de este modo. La belleza no lo es todo.

―¿Y cómo te fue?

―No es tan sencillo hablar con mujeres.

―Yo ni siquiera lo intento ―Miró sus uñas ―. No son de mi agrado.

Hanbin había escuchado los rumores, pero de todas maneras no creía propicio preguntarle sobre su sexualidad, cuando apenas se habían conocido.

A pesar de que él tenía muchas preguntas para hacerle.

―¿Por qué me miras así? ―preguntó el príncipe chino ―¿Quieres preguntarme algo?

―No ―respondió el príncipe coreano para luego mirar hacia otro lado ―. No creo que deba preguntar sobre asuntos que no son de mi interés.

𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸𝓼 | 𝓗𝓪𝓸𝓫𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora