37. 𝓗𝓪𝓼𝓽𝓪 𝓺𝓾𝓮 𝓵𝓪 𝓶𝓾𝓮𝓻𝓽𝓮 𝓷𝓸𝓼 𝓼𝓮𝓹𝓪𝓻𝓮

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En el palacio de China, Hao se encontraba encerrado en su habitación negándose a probar los alimentos que su familia le proporcionaba, porque su paranoia ya había aumentado y debido a eso, creía que si probaba algo del palacio podría morir envenenado.

―Hao ―dijo Taerae mientras ingresaba a la habitación del príncipe ―. Tus padres me dejaron poder visitarte ―Abrió su bolso ―. Te traje comida.

―Taerae ―Abrazó a su amigo ―. Qué bueno es verte.

―Estás muy delgado, ¿Hace cuantos días que no comes? ―preguntó con preocupación.

―No lo sé. Lo único que hago todo el día es tocar el violín y pensar en mil maneras de huir de aquí.

Al ver los dedos lastimados del príncipe, Taerae supo que este decía la verdad.

―Come algo, así te sentirás mejor ―dijo el músico mientras se sentaba en el sofá de la habitación ―. Traje comida para unos días, que puedes guardar en tu nevera personal, pero vendré en cuenta pueda con más cosas.

―Gracias ―dijo Hao mientras miraba las bolas de arroz ―, pero no puedo comer.

―Debes intentarlo. Tienes que estar fuerte para cuando puedas salir del país.

―¿Sabes algo de Hanbin? ―preguntó con la voz temblorosa.

―Lo único que sé es que la guerra continúa, pero creo que aún no han atacado al palacio.

―No puedo creer que lo dejé allí ―dijo llorando ―. Hanbin es un hombre responsable y fuerte, pero también es muy joven y debe sentir mucho miedo en este momento ―Apretó sus manos ―¿Sabes si se casará?

―No estoy seguro. No hay noticias sobre eso.

―Corea debe querer mantenerlo en secreto...

―Hao, come algo ―Tomó un poco de caldo de verduras con una cuchara ―. No me iré hasta que te vea comer.

Unos minutos más tarde, Taerae tuvo que abandonar el palacio por orden de los reyes, pero a penas dejó el lugar, se dirigió a la casa de Ricky para darle un reporte de cómo se encontraba el príncipe.

―Nunca lo había visto tan delgado y desalineado. Él no se encuentra bien ―dijo el músico coreano con preocupación ―¿Qué podemos hacer?

―Ollie no puede regresar a su universidad por el momento y está tomando clases en línea. Supongo que mis padres tienen miedo de que huya o se comunique con Corea ―respondió Ricky ―. Hace un mes que no sabemos nada de lo que ocurre en tu país de origen.

―Hao no quiere salir de su habitación porque no quiere ver a sus padres, pero tengo entendido que unos días los reyes viajarán por asuntos privados. Quizás podamos hacer algo para sacar a Hao del palacio.

―¿Y qué haremos? Es imposible viajar a Corea en este momento y más si se encuentran en guerra. Solo los militares pueden ingresar. Tendremos que seguir esperando hasta tener algún reporte seguro.

―¿Cuánto tiempo crees que dure la guerra? ¿Crees que el palacio el rey será derrocado?

―No lo sé, pero somos simples personas y no podemos hacer nada al respecto ―Tocó su collar ―. Créeme, yo también quiero que todos estén bien y me duele no saber nada, pero es que no sé que podemos hacer desde aquí ―Bajó su mirada ―. Tengo miedo, al igual que todos.

―Lo sé ―Abrazó a su amigo ―. La guerra no es un juego ―Derramó una lágrima.

 La guerra no es un juego ―Derramó una lágrima

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