24. 𝓟𝓮𝓵𝓲𝓰𝓻𝓸 𝓻𝓮𝓪𝓵

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La lluvia había continuado por dos días más y, en todo ese tiempo, los príncipes se mantuvieron unidos, haciendo que los demás se sintieran un poco tristes por ellos.

La separación era inevitable.

Sin embargo, no eran los únicos que se iban a separar y es que Ricky y Taerae tampoco iba a poder ver a los jóvenes coreanos que habían estado robando su atención en la última semana.

―Llegó el día ―le dijo Ricky a Taerae, quien había comenzado su día de manera muy callada ―¿Estás triste porque nuestras vacaciones se terminaron? No te preocupes, cuando estemos en china, podremos visitar otras ciudades ―Probó fruta.

―¿De verdad no recuerdas lo que me dijiste el primer día de la tormenta? ―preguntó mientras preparaba su té.

―No, pero si me dices, sería más sencillo.

―¡Buenos días! ―dijo Gyuvin con ánimos ―¡Por fin regresaré a mi casa hoy!

Ricky no quería ver a Gyuvin, así que salió de la cocina con su desayuno, el cual no era más que fruta previamente cortada que habían comprado en el supermercado.

―¿Vas a desayunar eso? ―Preguntó Gyuvin al ver que Ricky solo llevaba con un poco de fruta.

―No sé cocinar ―respondió Ricky mientras seguía su camino.

―¿Acaso tú sabes? ―Le preguntó Taerae a Gyuvin ―. Por lo sé, todos en la familia real no saben cocinar.

―Es que nunca tuvimos que hacerlo ―Respondió el más alto ―¿Me ayudarías a preparar un desayuno para todos?

―¿Ya no estás triste?

―Claro que lo estoy. Mi novia me engañó y me dejó de manera despiadada, pero aun así, la tormenta ya terminó y regresaré a mi casa, donde podré pasar tiempo con mis amigos hasta que sienta que ya esté listo para tener más citas.

―Eso suena muy bien ―respondió con sorpresa ―. Te tomaste la ruptura mejor de lo que pensaba.

―No tengo más opción ―respondió mientras tomaba una poco de harina y chocolate ―. Sabía que ella no me amaba, y creo que fue una lección para mí. Ahora sé que no debo solo fijarme en el físico de las chicas.

«Gyuvin es heterosexual. Lo siento mucho por Ricky» pensó Taerae.

―¿Qué harás con todos eso? ―preguntó el más bajo.

―Haré unos panqueques, pero no sé bien cómo hacerlos. Solo tengo una idea de que ingredientes lleva.

―Te ayudaré.

Taerae y Gyuvin comenzaron a preparar los panqueques con mucha prisa, cuando de pronto Matthew los vio y caminó hacia ellos con emoción.

―¿Harán panqueques? Son mis favoritos ―respondió el más bajo de todos ―¿Podemos agregarle pistacho?

―¿Qué? ¿Quién le agrega eso a los panqueques? ―Preguntó Gyuvin ―. Además, no hay.

―¿Puedo ayudar? Soy mejor de lo que piensan ―preguntó el duque coreano.

―De acuerdo, hyung, pero debemos darnos prisa antes de que todos despierten. Hoy es nuestro último desayunando juntos ―dijo Gyuvin con algo de pena ―. El avión privado llegará en unas horas.

―Es una pena que no llegamos a conocernos bien ―Le dijo Matthew a Taerae.

Taerae se sorprendió frente a la repentina confesión de Matthew, pero también suponía que lo decía porque en los últimos días, ambos casi no habían hablado después de todo lo que Taerae le había dicho en su estado de ebriedad.

𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸𝓼 | 𝓗𝓪𝓸𝓫𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora