32. 𝓘𝓷𝓬𝓮𝓻𝓽𝓲𝓭𝓾𝓶𝓫𝓻𝓮

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Un mes después.

Durante las últimas semanas en el palacio las cosas parecían estar demasiado tranquilas, pero eso era porque ya casi nadie hablaba y porque los reyes se habían ido por unos días a Estados Unidos, para que un doctor pudiera ver al rey, en lo que también llegaban a unos acuerdos políticos.

―¿Estás seguro de que no era necesaria tu presencia en ese viaje? ―le preguntó Hao a Hanbin mientras aún se encontraban acostados en la cama ―. Tus padres llegarán en dos días, pero sigo creyendo que como futuro rey deberías haber ido.

―Alguien tenía que quedarse a cuidar del palacio ―respondió Hanbin para luego besar a Hao ―. Me encanta despertar contigo a mi lado.

―Ojala pudiéramos hacer esto todos los días, pero me temo que tienes mucha vigilancia. Ahora que Jiwoong hyung ya no es tu guardia real, los demás guardias están vigilándote todo el tiempo.

―Jiwoong hyung regresará hoy de su descanso y por lo tanto tomará su lugar como mi guardia real momento.

―Pero ya no es un guardia ―Hizo un puchero ―. No necesitas de nadie, mejor pídeles a todos que te dejen solos. Así puedo besarte libremente.

―Ya lo haces de todas maneras ―Sonrió ―. Me encanta que estés aquí conmigo ―Acarició el cabello de Hao ―. Te amo.

―Te amo más ―Lo abrazó ―. Hueles tan bien, hasta cuando recién despiertas, ¿Cómo es que eres tan perfecto?

―Lo mismo me pregunto yo todos los días cuando te veo ―Lo besó ―. Andando, debo continuar con mis funciones reales.

―Yo estoy de vacaciones ―dijo Hao ―¿Qué haré mientras tú estás ocupado?

―No lo sé, ¿Qué tal si das un paseo por la ciudad? Podrías usar una peluca para que no te descubran. Ya sabes, como hicimos en París.

―Ya encontraré que hacer mientras que mi príncipe trabaja para el reino ―dijo Hao mientras se descubría ―¡Oops! creo que anoche me dormí desnudo.

―Hao...

―¿No quieres hacer algo rápido antes de comenzar el día? ―Acarició el brazo derecho de Hanbin con su dedo índice ―. Comenzar el día de esta manera levanta el ánimo de cualquier persona y créeme, siendo el príncipe tú debes tener mejor humor que nadie para que el reino también lo tenga.

―Como príncipe, sabes muy bien que es importante estar bien para que los demás lo estén ―Sonrió ―. Tengo un poco de tiempo antes de comenzar con mis deberes ―Acorraló a Hao debajo de él ―. Que bien que yo tampoco tengo ropa.

Después de mirarse a los ojos por unos segundos, los príncipes comenzaron a besarse apasionadamente, mientras que con sus manos acariciaban sus cuerpos y con sus piernas luchaban por quien tenía el poder.

―Ya... Hanbin, quiero ir arriba ―dijo Hao.

―Deja que te bese así un poco más ―dijo para luego besar el cuello del violinista ―. Que suave es tu piel.

―Mi piel debe estar llena de marcas por tu culpa ―sonrió ―¡Sigue!

―Como guste, su alteza ―Lo besó.

Mientras más se besaban y frotaban sus cuerpos desnudos, más grande se hacía la excitación y los deseos de unir sus cuerpos.

―Voy a colocarte lubricante ―dijo Hanbin mientras buscaba el lubricante ―. Levanta tu trasero un poco.

―¿Vas a usar condón?

―Si, es lo correcto.

―Pero no tenemos de que preocuparnos si solo lo hacemos nosotros dos. Además, anoche ya usamos muchos. Deberíamos cuidar el medio ambiente.

𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸𝓼 | 𝓗𝓪𝓸𝓫𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora