13. 𝓡𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸𝓼 𝓬𝓸𝓷𝓯𝓾𝓼𝓸𝓼

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Hao no podía creer que su novio estuviese permitiendo una situación tan excitante, pero a la vez le divertía estar de ese modo y besar a Hanbin una y otra vez.

Hasta que se percató que su novio estaba muy ebrio y decidió detenerse.

―¿Qué haces? ―preguntó Hanbin con una sonrisa ―. No te detengas ―Acarició los brazos de Hao ―. Me gustan tus besos...

―Estás muy ebrio, ¿No es así?

―No mucho. Bebí igual que todos ―Tocó las mejillas de Hao ―. Que lindo eres.

―Hace un rato estabas más consciente, pero ahora creo que el alcohol ya te afectó, porque lo veo en tus ojos ―Suspiró ―. No vamos hacer nada más de este modo ―Se apartó.

―¿Qué? ¿Por qué te apartas? Estábamos disfrutando.

―Si, pero soy el mayor aquí y el que tiene más experiencia, por lo tanto, tengo que saber cuándo detenerme para no forzarte hacer nada extraño.

―Solo nos estamos besando ―Se acercó a Hao ―. Aunque se siente bien tocar tu piel debajo del agua ―Acarició las piernas de Hao hasta llegar a su entrepierna.

―¡Esto es peligroso! ―Apartó a Hanbin ―. Si, de acuerdo, yo también lo estoy disfrutando, pero en nuestro estado, no creo que podamos detenernos y no quiero que tu primera vez sea en este estado ―Se puso de pie ―. Iré a la cama.

―Espera ―Sostuvo el brazo de Hao ―. No te vayas. El agua se siente increíble aquí.

Hao no quería ver a Hanbin porque sabía que de ese modo no se iba a poder apartar, por lo que decidió salir del jacuzzi y cubrirse rápidamente con una bata.

―Te vas a enfermar ―dijo Hanbin con preocupación ―. No puedes salir del agua de ese modo.

―Ahh! Si, tengo frío ―Corrió hacia la habitación ―. Olvidé que seguimos en invierno.

Al ver como Hao corría por la habitación intentando cubrirse y buscando calor, Hanbin comenzó a reír.

―Que lindo eres ―dijo el príncipe coreano mientras miraba a Hao desde el jacuzzi ―. Eres el hombre más hermoso y tierno que existe.

―¿Dices todo eso porque estás ebrio? ―preguntó el príncipe chino mientras se sentaba frente a la chimenea de la habitación ―. Sal de ahí y ven conmigo.

―Si eso quieres.

Hanbin salió del jacuzi y se secó con prisa para luego correr hasta donde estaba Hao y acurrucarse a su lado.

―Préstame tu manta ―Le dijo el más joven al mayor.

―¿Esa es forma de hablare a tu novio? ―dijo Hao mientras hacia un puchero ―. Aprende a respetar, niño ―Golpeó con un dedo la frente de Hanbin.

―Abrázame ―Abrazó a Hao ―. Tengo frío.

―Entonces colócate ropa.

―Tú tampoco tienes ropa.

―Pero me la pondré en un momento.

―¿De verdad te colocarás ropa? ―Besó a Hao ―. Hay que estar así por un momento más y darnos calor con nuestros cuerpos.

―Que persistente eres ―Apoyó su cabeza sobre el hombro de Hanbin ―. Tu cuerpo está caliente.

―Lo sé ―Sujeto las manos de Hao ―. Tú tienes las manos congeladas ―Sonrió ―. Me recuerda a la primera vez que hablamos.

―Hanbin...

―¿Qué ocurre?

―¿Me puedes decir Gege?

𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸𝓼 | 𝓗𝓪𝓸𝓫𝓲𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora