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Luego de la partida de Sung Hanbin.

Los reyes se encontraban al tanto de la situación de China, pero para seguridad de los príncipes herederos, decidieron mantener en secreto que el príncipe Zhang Hao seguía con vida, a pesar de que sabían que en ese momento la familia del heredero al trono de china, estaba por ser ejecutada.

―¿También matarán a sus hijos? ―preguntó el rey con pena ―. Conocimos a los jóvenes y no son malas personas.

―Es la decisión que tomaron desde China ―respondió un general ―. Nosotros planeamos atacar, pero quizás ahora no sea el momento.

―Ataquen de todas maneras ―ordenó el rey.

―Querido... ―dijo la reina con preocupación mientras tomaba el brazo de su esposo ―¿Estás seguro? Piensa en nuestro hijo. Si él sabe que nosotros...

―No podemos hacer nada para salvar a esos jóvenes y ahora mismo solo puedo pensar en nuestro reino.

Lo que los reyes no sabían era que aún había un infiltrado entre los militares y al escuchar la decisión de los reyes, este decidió dar una orden.

―Los reyes están aquí, pero supongo que sus hijos están solos en este momento. Es hora del ataque, ya sabemos dónde se resguardaron ―ordenó el solado chino.

Matthew se encontraba en la casa cuando de pronto escuchó que Sakura no se sentía bien y acudió a ella para ayudarla.

―Su alteza ―dijo Sakura ―. Lo siento, son náuseas.

«Ella lleva al hijo de Jiwoon hyung, debo cuidarla» pensó Matthew.

―Te prepararé algo para las náuseas, Jiwoon hyung regresará lo antes posible.

―¿Dónde están los reyes?

―En una reunión. Al parecer las fuerzas militares de china se están retiraron.

―Esa es una gran noticia ―Sonrió.

―Aguarda aquí.

―Espera, Matthew ―Lo detuvo ―¿Puedo hacerte una pregunta?

―¿Qué puede ser?

―¿Crees que Jiwoong esté enamorado de alguien más?

―¿Por qué piensas eso?

―Es que, por más que lo intento, él no me mira de la manera que deseo. Quizás cuando nuestro bebé nazca, él pueda por fin amarme ―Miró a Matthew quien parecía tener deseos de llorar ―. Lo siento, su alteza. No debería molestarlo con mis problemas ahora.

―Descansa, ya regreso ―respondió Matthew.

«Nunca creí que sería tan difícil renunciar a Jiwoon hyung» pensó Matthew.

Jiwoong ya había terminado de buscar todo lo necesario, cuando de pronto vio a varios solados dirigirse hacia la zona donde se estaba refugiando la familia real y rápidamente un mal presentimiento vino hacia él.

―¿Qué está ocurriendo? ―se preguntó Jiwoong mientras subía a su coche.

Matthew se encontraba terminado de preparar el té con hiervas medícales para Sakura, cuando de pronto escuchó que una ventana se rompía.

―¿Qué? ¿Invasores? ―Soltó la taza de té.

En ese momento, Matthew solo podía pensar en proteger al bebé de Jiwoong, así que corrió con mucha prisa hacia la habitación de Sakura para sujetarla de una mano y llevarla al bunker.