Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)

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Suzuka pov:

Si me hubieran dicho como sería mi vida en estos cinco años no le habría creído a nadie, diría que estaban locos por pensar aquellas tonterías. Desde que tenía memoria nunca me imaginé con pareja, hijos, una buena vida al lado de mis mejores amigas, pero ahora vivíamos todas juntas en la casa de mi padre, Moa complementaba mi vida y nuestros hijos eran la luz de mi existencia.

A pesar del dolor de lo ocurrido habíamos sabido avanzar, con muchos baches en el camino por supuesto, pero lo hicimos todas juntas; Yui se había dado la oportunidad de empezar de nuevo, de la mano de una muchacha de nombre Miko Todaka, su compañera en las prácticas de medicina; Momoko y Kano habían agrandado su familia, teniendo a Natsuki y ahora a Minato, un tierno niño de ya dos años con mucha energía y fascinación por correr y tirar cosas; con Moa estábamos de maravillas, una relación muy fuerte y hermosa, amándonos más cada día, siendo compañeras, pareja, confidentes, amantes y madres; mis hijos, ¿Qué decir de ellos?, eran los niños más hermosos del mundo, con sus ocurrencias, manías y energía llenaban nuestras vidas de amor y color, muy curiosos e inteligentes.

-¿En qué tanto piensas?- Moa acarició mi pecho con amor.

-En lo mucho que han cambiado nuestras vidas- la miré y sonreí -En lo feliz que soy contigo y nuestros hijos, en lo mucho que te amo- acaricié su brazo y besé su frente.

-¿Te gusta ese cambio?- sonrió y se apoyó contra su otro brazo.

-Claro que sí- asentí y tomé su mano, besando sus dedos -Si volviera a vivir todo eso lo haría con tal de enamorarme de ti otra vez, aunque con una vida más honrada y conocerte de otra forma-

-Pero sino hubiéramos vivido así puede que todo sea diferente ahora- subió la mano hasta mi rostro, acariciando mi mentón y mejillas.

-Puede ser, una existencia muy aburrida- reí levemente y la abracé contra mí -Sería ahora una mujer aburrida con un trabajo aburrido, sin emoción-

-Besos aburridos y haciendo el amor de forma aburrida- sonrió y me atrajo hasta ella, besándome con amor.

Correspondí sin dudar, sintiendo ese amor y emoción ardiendo en mi pecho, sus labios siempre robándome el aliento. Nos abrazamos, acariciamos y amamos sin prisas, sin la lujuria tomando lugar, simplemente demostrando nuestro sentir puro y hermoso.

-Te amo Kikuchi Moa- dije cuando nos separamos, pegando mi frente a la suya.

-Te amo Nakamoto Suzuka- nos miramos con amor y nos quedamos así, disfrutando de nuestra cercanía.

-Mamá, mami- la voz de los niños nos llegó desde la puerta y sonreímos.

-El deber llama- la besé una vez más y nos sentamos en la cama -Pasen niños-

Y como bólido abrieron la puerta, llegando despeinados y todavía en pijama, treparon como pudieron a la cama. Los envolvimos en un abrazo familiar, llenándolos de besos y escuchando sus risas.

-¡Ya mami!- Mayu se removía en mis brazos, riendo mientras picoteaba sus mejillas a besos.

-Aún no terminé pequeña- la estreché contra mi pecho y sonreí contra su mejilla.

-¿Y por qué no se los das a mamá?- con sus manitos iba alejando mi cara.

-Porque a mamá le doy besos de otra forma nena- la senté en mis piernas y la peiné con los dedos.

-¿Otra forma?- preguntó confundida y frunció el ceño.

Asentí y miré a Moa, con Kenji jugaban ajenos a nuestra charla, riendo mientras el pequeño trataba de alejarse de ella.