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Moa pov:

El día que volvía a casa llegó demasiado rápido, la realidad era que no había podido dormir mucho pensando en que pasaría apenas pusiera un pie ahí dentro.

-¿Estás lista Moa?- Yui tocó la puerta del baño -Ya está todo-

-Ya voy- terminé de abotonar la camisa que me habían traído y salí, muy despacio debido al dolor que aún me gobernaba.

-Bueno Moa, nos despedidos aquí- la señora Mizuno sonrió -Aquí tienes los medicamentos que debes tomar, la dieta que seguirás y algunas indicaciones para las pérdidas- me tendió unos papeles.

-Gracias- los tomé y me los guardé como pude en el bolsillo.

-Espero no verte por aquí un tiempo- dijo en broma y me abrazó con cuidado -Nos vemos la semana que viene para una revisión querida, ¿Ok?, tómate las cosas con calma y nada de esfuerzos sobrexigidos-

-Trataré, con niños nunca se sabe- sonreí levemente y miré a Yui -¿Está todo listo?-

-Tus cosas ya están guardadas y Miko ya tiene el auto en marcha- dijo mi amiga y miró a su madre -¿Ya está todo mamá, nos podemos ir?-

-Como te quieres ir de rápido hija, pero sí, ya está firmada el alta y todo eso- asintió y se apartó de la puerta -Alejada de los problemas por un tiempo Moa, ya serás una cara frecuente aquí-

-Para que no me extrañen- me senté en la silla de ruedas que me trajeron y Yui me llevó hasta el pasillo -Adiós, gracias por todo-

-No es nada querida, mándale saludos a todos en casa- besó mi mejilla -Cuídense y nada de nuevas heridas- nos recordó.

Yui empezó a llevarme hasta el auto.

-¿Lo sabe?- giré la cabeza para mirarla.

-Si te refieres a Suzuka, lo sabe, los niños se encargaron de decir todo cuanto a la visita de ayer- sonrió levemente -Como dijo Natsuki te extrañaban, querían verte con ansias después de que les contó lo del bebé-

-¿Cómo está?- volví la vista al frente, omitiendo su nombre.

-Ayer apenas y se apareció en todo el día, estaba triste y enojada, se notaba porque la casa apestaba con la cantidad de feromonas que largaba- suspiró y se detuvo apenas llegamos frente al auto.

-No es mi asunto- negué y me levanté despacio.

-Si es tu asunto porque es tu novia Moa, se necesitan apoyar mutuamente en todo esto- me miró severa y me abrió la puerta -No pueden enojarse en una situación así-

-Ella es la psicóloga, ¿Por qué no averigua sola como solucionar este problema?- me subí y cerré de un portazo.

Yui también se subió, dando un portazo igualmente.

-Mi pobre auto, ¿Saben lo que me costó para que lo anden cerrando así?- Miko nos miró apenas, concentrada en la calle -Si van a andar contagiando el mal humor mejor vuelvan en taxi a casa, a mi bebé lo tratan con cuidado- acarició el volante.

-Perdón- me quedé mirando por la ventana, disfrutando del aire fresco y viendo los autos pasar, los árboles llenos de verde.

-Habrá que tener cuidado con la bestia, está de mal humor- le dijo a Yui -Y no ha dormido en la habitación toda la noche-

-Y eso que le estuve diciendo- mi amiga suspiró y se apretó el puente de la nariz.

-Supongo que está mal- suspiré y las miré.

-¿Estar mal? Llegas a casa y ve como está- Yui se dio la vuelta para mirarme -Van a tener que arreglarse-

-Te recuerdo que ayer no se apareció en todo el maldito día- alcé una ceja -Si quisiera pedir disculpas habría aparecido para hablar o darme a entender algo pero no lo hizo así que...-

Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora