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Lo que iba a ser una reunión se convirtió en un fin de semana entero, los cuatro amigos, que llevaban demasiado tiempo sin volver a compartir tiempo juntos, se vieron envueltos en una atmósfera que, sin saber, extrañaban demasiado.

Habían pasado años juntos, años de mucha intensidad donde los logros los habían unido aún más, convirtiendo sus sueños individuales en uno único colectivo cargado de esperanza que al materializarse no había dejado lugar ni para una pizca de egoísmo.

Los cuatro sabían que era su sueño, que cada uno era necesario en él, que sólo juntos podrían mantenerlo y eso había hecho que ni las ofertas a Roy para convertirse en solista, ni las tentaciones económicas para participar de otras bandas hubieran logrado separarlos.

Roy y Pato se conocían desde tan pequeños que ni siquiera necesitaban hablar para entenderse, Y Fede y Willy tenían personalidades serenas, con los pies plantados sobre la tierra y la mente volando para soñar cada vez más.

Se habían convertido en cuatro amigos, cuatro amigos que habían tenido al destino en contra.  Un pasado demasiado doloroso los había llevado a distanciarse, como si el simple hecho de estar en el mismo lugar los transportara inmediata e injustamente a esa noche en la que los habían sacado del estadio, con tanta prisa que ni siquiera habían podido luchar por permanecer. No lo habían dicho pero los cuatro guardaban una culpa arbitraria, una que no les había permitido volver a intentarlo.

Luego había llegado el incidente de Pato, uno en el que había quedado atrapado en un incendio, teniendo que pasar un mes en coma, luego de haber escrito una hermosa canción para May, la persona que lo había rescatado de su oscuridad para devolverle la esperanza de que, a lo mejor, no estaba todo perdido.

Desde su recuperación los antiguos fanáticos, los que nunca los habían abandonado y los que los habían juzgado, se habían encargado de demostrar que comenzaban a extrañarlos. Las muestras de cariño y los deseos de verlos de nuevo sobre un escenario se habían materializado en mensajes, videos y hasta un banderazo en la puerta del hospital.

Entonces Pato había comenzado a hablar con Albert, comenzando con ideas sueltas que rápidamente fueron cobrando forma. Y cuando Bianca decidió partir a Barcelona, Pato terminó de soltarse.

Amaba a su hermana y solo quería verla feliz. Y así como May era la prueba viviente del dolor que las pérdidas de ese día habían causado, su hermana lo era de los que si bien no había perdido su vida de manera literal, lo habían hecho de todos modos por la carga de las cicatrices, visibles o invisibles que no podían dejar atrás. Por eso era importante su opinión, necesitaba saber que ella estaba de acuerdo con la idea, que lo apoyaba, que podía con eso.

Había viajado para juntarse con sus amigos, pero sobre todo, lo había hecho,  para hacerlo con ella.

Estaba dispuesto a hacerlo lo antes posible, pero entonces la había visto junto a WIlly y todo había adquirido un nuevo color.

De repente parecía volver a sonreír, a sonreír de verdad y el sentimiento de esperanza había sido tan grande que había dado la batalla por ganada, si es que se podía llamar batalla.

-Me alegro mucho de verte tan feliz.- le dijo Pato a Willy mientras regresaban al departamento de su hermana.

-Si te soy sincero todavía no término de creerlo.- le confesó el bajista mientras acomodaba sus gafas y desviaba la vista hacia la ventana.

Pato colocó su mano sobre su rodilla con cariño.

-Lo que yo vi en apenas una tarde era real.- le dijo con una sonrisa empática que se tradujo en los ojos felices de Willy.

-Todavía no parece convencida.- agregó luego de una pausa en la que disfrutó de tener testigos de lo que él sentía que confirmaran que no estaba soñando.

-No es fácil, yo valoro el hecho de que haya podido viajar, al menos intentó salir de ese encierro en el que vive desde hace tres años. - le dijo Pato cerrando su puño con impotencia.

-Es tan injusto, te juro que pasé demasiadas noches deseando cambiar su lugar, es tan injusto que haya sido ella y nosotros estemos tan bien, bah... tan bien es una manera de decir...- dijo con genuino aplomo.

Pato contuvo la emoción, llevaba tanto tiempo pensando de la misma manera que le era difícil encontrar una buena respuesta.

-Te entiendo perfectamente, pero May me hizo ver las cosas desde otra perspectiva. No podemos cambiar lo que pasó, no podemos, aunque nos tiremos los cuatro por un barranco mañana, nada va a cambiar.- le dijo mientras el auto avanzaba por la noche ya instalada en la ciudad..

-Solo nos queda esto, seguir, intentar devolver algo de lo que las personas nos dieron. Creo que volver a tocar es una buena idea para eso, que podemos hablar con ellos a través de nuestras canciones, que es nuestro idioma. Los cuatro seguimos viviendo como fantasmas, con profesiones que no nos agradan, como si ese fuera el castigo que merecemos, pero no lo es, porque no hay castigo justo para los que perdieron la vida o los que, como Bianni, debieron aprender a volver a vivir. - le dijo tragando saliva con su voz trémula y asfixiada.

Ahora fue WIlly quien colocó su mano sobre su rodilla con cariño.

-Puede ser que tengas razón, pero no voy a dejarla acá, no ahora que parece que por fin logré que bajara su escudo.- le respondió con sinceridad.

-Lo sé, lo sé, tampoco te pediriamos eso. Pero a lo mejor está dispuesta a regresar ¿no?- le preguntó con algo de anhelo.

Willy hizo silencio, quería responderle pero no podía. Sentía que apenas había logrado un pequeño paso, aunque lo exprimía con todas sus fuerzas.

-Voy a intentarlo, creo que tenes un punto en lo de usar nuestro idioma.- le dijo justo cuando el auto estacionaba frente al edificio de Bianca y ambos bajaban sin volver a hablar.

Los dos cargaban con esa incertidumbre de un nuevo deseo que retumbaba cada vez con más intensidad en sus mentes, como si el tiempo hubiera logrado apaciguar sus propios temores dándole lugar a idea de un futuro posible, uno que volvía a incluir su pasión, uno que recordaban con anhelo y terror a la vez, pero que, sin dudas, sentían que valía la pena volver a intentar.

¿Qué ves cuando me ves? (Libro 2 de la saga del Rock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora