Hola Afrodita, te extrañé esta semana, espero que me dejes ir a visitarte pronto.
Bianca leyó el mensaje de Willy y como llevaba haciendo toda la semana, respondió.
-Pronto. Lo prometo.- escribió y Willy no pudo sonreír con más ganas.
Llevaban una semana conversando por mensajes, incluso habían intercambiado algunos audios. Él le contaba de su trabajo, de los lugares que debería visitar en Barcelona, de la posibilidad de viajar a otras ciudades cercanas y ella comenzaba a creer que a lo mejor, aquello no era imposible.
Había salido a comprar en varias oportunidades y la llegada del invierno colaboraba con sus atuendos que prácticamente cubrían toda su cara. Comenzaba a sentirse un poco más cómoda.
También recibía mensajes de Reyes. Era una joven divertida e histriónica, muchas veces la hacía reír con sus bromas y agradecía que continuara conversando con ella cuando ni siquiera la había vuelto a ver. Aunque también le hacía preguntas acerca de Willy y eso comenzaba a incomodarla.
Sabía que Willy no le debía nada, ella misma lo había echado y era consciente que en algún momento debería rehacer su vida, pero el solo hecho de imaginarlo junto a Reyes la volvía loca. No quería ser injusta, no podía pedirle que la esperara, porque no sabía si había algo que esperar. Una cosa era salir a comprar el pan y otra comenzar una relación. No podía prohibirle ver a otras mujeres, y hasta pensaba que debería alentarlo hacerlo.
Esa era la única forma de que pudiera dejar de insistir en algo que ella no podía darle.
Un nuevo fin de semana había llegado y con él el peligro de pasar 48 hs sin algo determinado para hacer. Bianca comenzaba a temer por su destino cuando un nuevo mensaje llegó a su teléfono.
-Hola, guapa. Necesito tu ayuda. Hay una banda de rock que toca en el Apolo y estaba pensando en invitar al super sext bajista argentino. ¿Tú Qué dices? ¿Se apuntaría?- decía el audio de Reyes.
Bianca se dejò caer sobre el sillón, mientras un largo suspiro escapaba de sus labios. Sentía un gran enojo pero no podía transmitirlo. ¿Qué se suponía que debía decirle?
-¡Ni se te ocurra! El super sexy bajista argentino es mío, y te quedaste corta, es mucho más que super sexy, es capaz de llevarte al cielo con una caricia, de hacerte de amor con tanta fuerza que no podrías precisar que parte de tu cuerpo te duele más, para luego darte el beso más dulce de tu vida . - dijo al aire con toda su frustración.
-¡Ahhh!- gritó luego para terminar de sacar todo su enfado y recién cuando pudo volver a respirar con facilidad presionó la tecla para grabar su mensaje.
-Creo que le gustaría mucho. DIviertanse.- dijo tragándose cada uno de sus sentimientos.
Reyes no tardó en enviar demasiados emoticones en agradecimientos y ella decidió que era momento de dejar el teléfono.
Se dio una larga ducha con sus ojos perdidos en las miles de imágenes que se reproducían en su tonta mente. Imágenes en las que Reyes saltaba junto a Willy, que enroscaba su brazo en el de él, que cantaban al mismo tiempo, que lo besaba y que lo invitaba a su casa.
Sin poder contener el enojo secó sus lágrimas y anudo la toalla alrededor de su cuerpo .para luego dejarse caer sobre su cama con resignación
No supo cuánto tiempo permaneció así, pero el frío de la noche por llegar la obligó a levantarse de la cama. Estaba tan helada que sus dedos casi no respondían.
Su cabello aun no había terminado de secarse, pero parecía un nido de pájaros en construcción. No le importaba.
Esa iba a ser su vida ahora. Una sin horarios, sin necesidad de cambiarse, ni de peinarse, sin ganas de cubrir sus cicatrices. Una en soledad.
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¿Qué ves cuando me ves? (Libro 2 de la saga del Rock)
RomanceBianca acaba de perder su empleo. Gracias a la flamante inteligencia artificial, sus servicios como traductora no serán más bienvenidos y con ellos su conveniente trabajo desde su casa. Viéndose forzada a enfrentar el mundo real luego de que un acci...