CAPÍTULO 3

3.2K 193 2
                                    

Después de la petición de aquel chico, fui a mi habitación, y vi, que ese chico me estaba observando detenidamente.
Instintivamente, corrí mis cortinas.
Abrí mi armario, necesitaba ropa nueva; toda la que tenía, era vieja o muy colorida, y eso no me gusta en absoluto.
Cogí dinero de la caja fuerte y me vestí. Cuando acabé, salí por la puerta de la entrada y noté un par de miradas hacia mí, y no pude evitar ladear la cabeza, para ver quiénes me observaban.
Era el vecino y alguien igual a él.
¿Gemelos? ¿O veo doble?
Gemelos -pensé.
Bueno, Ángela, centrate en llegar a los almacenes de ropa.
A los diez minutos llegué, y empecé a entrar a todas las tiendas que tenían tallas para mí.
Me compré bastante ropa, para qué negarlo.
Pero toda, de colores oscuros. La verdad,es que ahora me gustaban más los colores oscuros que los claros, y me daba lástima a mí misma.
¿Cómo he podido llegar a esta situacion? -pensé.
Esaba llegando a casa, cuando vi a los gemelos, con muchos chicos y chicas.
Vaya, que rápido hacen amigos -pensé.
Les miré con pena, yo quería ser así.
Yo quería tener amigos en los que apoyarme, con los que pasar buenos momentos.
Pero no todo lo puedo tener -pensé metiendo la llave en la cerradura y entrando en mi casa.
Entré todas las bolsas, y miré a uno de los vecinos, que al parecer me estaba mirando y, cuando yo le miré, aparto su mirada.
Suspiré y cerré la puerta. Hoy tocaba maratón de pelis de miedo.
Bueno, no os lo había contado, pero, cuando estoy deprimida no veo pelis tristes y como helados, sino que, yo, veo pelis de miedo. Son mis favoritas.
A mí, no me van las ñoñerias esas.

SOLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora