Al día siguiente me desperté y bajé a desayunar.
Hoy tenía pensado ir a la Calle que me había dicho Annabel que fuese en busca de respuestas.
Estaba concentrada tomándome mi café con leche, que no me di cuenta que alguien había entrado en mi cocina.
-Buenos días -dijo alegre Nuria.
-Buenos días -le correspondí yo.
-¿Dónde vas tan temprano? -preguntó poniéndose leche en un vaso.
-A la calle Mayor a ver si encuentro más pistas de nuestros padres -dije acabándome mi desayuno.
-Te acompaño -dijo después de echarse casi un cuarto de bote de ColaCao.
-En media hora, en el salón. No tardes -dije saliendo de la cocina.Y, efectivamente, en media hora, estaba en el salón.
Dejé una nota para Katherine, diciéndole que volveríamos para comer y salimos por la puerta.
Andamos en silencio, reflexionando y pensando en los posibles casos que nos encontraríamos al llegar a la casa indicada.
Llegamos y tragué saliva, antes de tocar a la puerta.
Pero, ésta cedió, abriéndose la puerta de par en par; dejando ver todo el interior lleno de polvo.
-¿Hola? ¿Hay alguien? -pregunté adentrándome en la casa, sin obtener respuesta de ningún tipo.
Nuria vino tras de mí, con un poco de miedo.
La verdad, es que la casa lo daba.
-Llama al agente Martín para que venga él sólo, pero no te separes de mí -ordené.
Ella asintió y lo llamó.
<<En quince minutos estoy ahí>>, escuché que le decía a mi gemela, y seguidamente colgó.
-Vamos a investigar un poco -dije en un susurro.
-Espera, ¿por qué no esperamos al agente? -preguntó Nuria a modo de respuesta.
-Por qué no nos dará tiempo, además quiero investigar cosas por mi cuenta, sin que él lo sepa -dije frunciendo el ceño y empezando a mirar las fotos que habían en el salón.
-¿Qué pasa? -preguntó mi gemela, al ver que me quedaba observando una foto mientras me caía una lágrima.
-Aquí viven o vivían nuestros padres -dije en un susurro estallando en lágrimas.
