-Voy a llamar a la policía y a la ambulancia -dije tras unos segundos de shock.
Llegaron los dichos, y nos hicieron salir a Katherine y a mí, fuera de aquella casa.
En parte, para que Katherine, no viese a su abuela fallecida; y en parte, para preguntarnos qué había sucedido.
Nos dieron un café a las dos, pero yo lo rechacé. Si comía o bebía ahora, lo vomitaría.
Vi la cara de Katherine, pálida mirando al suelo, y dudé en abrazarla; pero sabía que lo necesitaba, así que abrí mis fríos brazos, y ella me abrazó y comenzó a sollozar desconsoladamente.
-Todo saldra bien, ya verás -le susurré.
-Era mi única familia -dijo entre sollozos, haciendo que mi corazón me diese una punzada.
-Te puedes quedar conmigo, a mi tampoco me queda nadie - dije haciendo una mueca.
-Lo siento -dijo abrazandome más fuerte.
-Hola señoritas, soy la agente Clark, pero me podéis llamar Clara; quisiera poder hablar con -miró una libreta antes de proseguir- Katherine, la nieta de Annabel.
-Soy yo -dijo acercándose a la agente y yéndose con ella a un lugar apartado.
Yo noté que alguien me miraba, y me giré para observar quién me observaba.
Era Daniel.
No pude resistirme e ir corriendo hacia sus brazos y abrazarlo.
Él, tardó un poco en reaccionar, pero me correspondió.
Estuvimos los dos en silencio, pero era ese típico silencio que necesitaba.
Él, se limitaba a darme besos en la cabeza y a acariciar mi brazo, tranquilizandome.
-Señorita, tiene que venir a declarar -dijo un agente.
Yo asentí con la cabeza.
-Pero con una condición -el agente me miró confusa.
-Sólo si él -señalé a Daniel- viene.
El policía accedió y nos subimos al coche, en el cual se encontraba Katherine.
Le cogí la mano, mostrándole confianza, ternura y seguridad.
Era mi manera de decirle que todo saldría bien, aunque sabía que no saldría todo tan bien.
