Nosotros le hicimos caso y nos subimos al vehículo.
Dentro, se encontraba a una joven, que, al parecer, se llamaba Katherine.
Ángela, la cogió de la mano; y fueron así hasta llegar a la comisaria.
Nos bajamos del coche y un agente nls llevó hasta una salita dónde habían dos sofás, enfrontados, una mesita pequeña.
Había también, en otra parte de la sala, una mesa con cuatro sillas y unos armarios, nevera y una cafetera.
Supongo que era la sala de descanso.
-Bueno chicas y chico -dijo una agente entrando por la puerta de aquella sala- soy Clara Clarck, aunque vosotras dos ya lo sabéis -les dijo sonriendo Clara a Ángela y a Katherine.
Ellas le sonrieron.
-Bueno, vosotras se por lo que estáis aquí, pero ¿tú? -dijo la agente Clarck refiriéndose a mí.
Yo me rasqué la nuca un tanto nervioso, pero Ángela contestó por mí.
-Me siento más segura si él está aquí -dijo.
-Entiendo-dijo Clarck- Bueno, lo que ha pasado es un poco traumático, así que me tendréis que contar exactamente qué estabais haciendo cada una -prosiguió ella.
-Bueno, empiezo yo -dijo Ángela, y todas las miradas se posaron en ella- yo fui a la casa de Annabel por que me encontré un papel de una dirección de una casa, en el reverso de una foto mía con mis padres y mi hermano, los cuales no sé nada y me entró curiosidad y fui a la casa. Entré y Annabel me dijo que mi abuela, de la cual tampoco sé nada, me había dejado una carta que era sobre la verdad de algo, y en ese momento entró la bala y Annabel se desplomó en el sillón -explicó.
-Katherine, ¿notaste rara o paranoica a tu abuela?
-La noté cómo preocupada por que no quería me pasase nada, y ahora ya entiendo por qué -comenzó a sollozar.
-Vamos a hacer todo lo que podamos ¿está claro? No nos daremos por vencidos -dijo Clara.
Ellas asintieron con la cabeza.
