Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño.
Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste secreto, ahora tenía dos inquilinos en su casa.
La pequeña Minki, extendía sus bracitos para que el mayor la cargará, pero Yoongi seguía sin reaccionar, no sabía que le sucedía, de alguna forma le está doliendo lo que estaba escuchando, estaba muy confundido, desde que se habían conocido la pequeña Pulguita se ha empeñado en llamarlo papá, hasta hoy en la mañana seguía siendo así, no entendía el cambio repentino.
Sacude sus pensamientos y toma a la pequeña — ¿Por qué estás tan feliz pulga? — consulta el mayor con cariño. La pequeña Pulguita no tenía la culpa de lo confundido que estaba.
—Yukook— responde apuntando al notario que seguía en conversación con el doncel.
Yoongi frunce su ceño con una molestia asentándose dentro de sí, se dirige con la pequeña en brazos junto al doncel y el notario.
—Buenas tardes — saludó con tono seco, lo que hace que el notario lo observe, pero el doncel no lo hace.
—Buenas tardes, Señor Min lo estábamos esperando — comenta el hombre amable.
Yoongi decide sentarse delante de ellos con la Pulguita en brazos, buscando la mirada del doncel, pero sin obtener respuesta. El menor observaba la mesa como algo de lo más interesante, sabía que lo estaba evitando y no le gustaba para nada.
Jungkook siente la incomodidad que se presenta con la llegada del mayor, así que se aclara la garganta —Le estaba comentando a Jimin los beneficios que tendremos rápidamente con las firmas de ambos— explica profesionalmente, pero Yoongi dejó de prestar atención cuando escucho el nombre del doncel salir de la boca del notario con mucha confianza.
—¿Jimin? — consulta frío, mirando directamente al doncel que lo estaba evitando... ¿Desde cuándo tanta confianza?, el mayor no lo sabía y definitivamente no le gustaba.
—Concéntrate Yoongi — dicta el doncel que seguía sin mirarlo. Yoongi suelta un suspiro y le da una mirada mordaz al notario para que continúe.
— Las firmas son lo último que necesitamos para saber si es válido o no el documento — explica nuevamente el notario — Estos papeles son lo que ambos deben firmar — agrega, extendiendo los papeles.
Ambos observan los papeles donde estaba escrito todo el proceso que ha llevado la verificación del documento, no había ningún inconveniente hasta al el momento, Yoongi no entendía cómo eso era posible.
Mientras que el doncel estaba al borde de los nervios estuvo conversando con Jungkook, mientras esperaban la llegada del mayor se dio cuenta de que era un buen hombre, simpático, amable y sobre todo amigable, eso era exactamente lo que estaba necesitando, un amigo que lo ayudara con la idea de querer mudarse, pues no conocía a nadie más que a Yoongi, pero ya sabía que con él no podía contar.
Si resultaba ser falso el contrato lo mejor sería tener un lugar donde mudarse.
—Pueden firmar— les pide el notario. El primero en firmar es el doncel, el mayor seguía sin hacerlo.
Jimin pensaba que era porque tenía a su bebé en brazos, pues desde que Yoongi había llegado noto que su pequeña no lo quería soltar, estas acciones de su bebé es lo que más le preocupaba.
—Bebé — la llama el doncel, poniéndose de pie y yendo junto a ellos, dejando al notario y sentándose junto a Yoongi para tomar a su bebé.
—No!, Yunki — exclama la pequeña, aferrándose al mayor. Yoongi siente nuevamente el golpe de dolor por el llamado.
—Bebé, Yoongi debe firmar — comenta con cariño.
—No me molesta — expresa observándolo. Jimin entonces se rinde y ya no dice nada.
Jungkook observa la escena confundido, se suponía que eran extraños entre ellos, pero con sus años de experiencia en el trabajo ha aprendido a darse cuenta de muchas cosas, antes sus ojos lo que él estaba presenciando era una simple discusión de padres.
Yoongi por fin decide firmar los papeles y se los da al notario
—Muy bien, dentro de una semana los espero en mi oficina — declara.
Ambos lo observaban confundidos, se supone que solo faltaban tres días para que el plazo de quince días finalicé.
—¿Una semana?— consulta tosco el mayor.
—Debido al inconveniente de ayer, otros documentos entraron antes que él de ustedes, quise adelantarme, por ese motivo vine ayer, pero usted no estaba Señor Min — informa. Yoongi entonces comprende que es su culpa.
—Lo siento — se disculpa avergonzado mirando al doncel.
—Muchas gracias por tu ayuda, Jungkook — expresa con una sonrisa el doncel.
—No hay de qué, nos vemos mañana Jimin, Señor Min — comenta despidiéndose.
Yoongi los observa tan sonrientes y cómodos juntos que nuevamente las molestias lo atacan, no quería ver a Jimin sonriendo a alguien más que no fuera la Pulguita o él.
Cuándo el notario sale de la casa, Yoongi está decidido a hablar con el doncel, para disculparse.
—¿Mañana?— consulta con el ceño fruncido.
—¿Qué?, ¿Ahora si ya quieres hablar?— preguntó irónico y molesto
—Jimin—
—Dame a mi hija — pide.
Yoongi le extiende la pequeña que se había quedado dormida en sus brazos — Déjame explicarte — acota nervioso.
—Ya es tarde y estoy cansado— comenta el doncel, dejándolo solo y caminando directo a su habitación.
Yoongi se queda parado con la palabra en la boca, le dolía en gran manera lo que le estaba sucediendo, las palabras de su Pulguita y la indiferencia del doncel, debía reconocer que el trato que estaba recibiendo se lo merecía por idiota, pero sin duda alguna estaba decidido volvería a ganar el cariño de sus inquilinos.
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