Extra 8: Amarga Depresión

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// Musiquita especial "La Vie en Rose" 🌹 Llevaba mucho queriendo ponerla por aquí. Está dedicada especialmente para una sección del cap. Así que atentos 🌹🖤

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Jamás podría admitir en voz alta que exteriorizar de una manera tan natural mis emociones era algo que me describiera en gran porcentaje, no como Lucifer. Solo con él y por él es que estaba descubriendo el sentir de mis emociones, muchas que no conocía, que nunca me interesaron o me agradaban, cosas que comencé a exteriorizar solo con él, cosas que fui experimentando a causa de él, pero no parecía ser suficiente, no para llegar de la forma correcta a Lucifer.

Pensé que la noche sería más tranquila una vez Lucifer cayó dormido, aferrándose a mis brazos, ocultándose entre ellos y hundiendo su rostro entre mi ropa, pero no. Aunque sus alas se habían ocultado de nuevo, los pequeños colapsos volvían a despertarlo con gritos, movimientos repentinos donde se removía con desespero entre el sueño y el desespero que lo inundaba en esa oscuridad, o cuando tensaba sus brazos aprisionándome con fuerza y entonces, de golpe abría sus ojos, jadeando, con una pequeña gota de sudor que resbalaba de su frente en lo que veía con atención su alrededor para confirmar en dónde estaba y sí yo estaba a su lado. En cada una de ellas se disculpaba, suspiraba con cansancio y en ocasiones, en lo que se quedaba dormido, silenciosas lágrimas humedecían sus pestañas.

Nunca había visto que su insomnio perdurara tanto, de una forma tan exaltada y dolorosa. Era la lucidez vertiginosa donde trastornaba la noche en una tortura, pues antes cuando el insomnio se apoderaba de él, bastaba con una charla amena, acompañado uno del otro para caer dormidos, más, sin embargo, incluso cuando su ansiedad se apoderaba de él, nunca hubo presencia de tantos en un corto límite de tiempo.

Algo estaba mal.

Fue una noche pesada para él, incluso para mí por el hecho de no saber que hacer, a pesar de que conforme pasaba el tiempo era cuestión de otros cuantos minutos para que cayera dormido abrazándome, ocultando su cuerpo entre las mantas, lo cual parecía funcionar, como si mis brazos y las mantas lo hicieran sentir seguro, privado de todo exterior.

Esa noche ninguno de los dos durmió realmente, solo fueron pequeños lapsos de descanso para nuestros ojos y mente. Y así, la mañana pareció llegar prontamente, de una larga noche de pesadillas.

- ... ¿Lucifer?

Esperaba como cada mañana que compartimos juntos, encontrar a Lucifer a mi lado, aferrado a mi cuerpo como yo de él, la noche fue larga y entre sueños mis brazos tal vez lo soltaron, eso quería pensar, pero cuando me incorporé un poco para pasear la mirada por la cama al sentir algunos rayos rojizos del amanecer, Lucifer no estaba conmigo.

Me encontraba solo en su habitación.

No tuve tiempo de asimilar todo lo que había pasado. Tenía varias dudas y mi inquietud de todo lo que Lucifer llegó a decir causaban aún más angustia a mis instintos.

- Lo sé, no está... -Dije irritado por la obviedad a mi sombra que iba y venía buscándolo, sin tener éxito. Hasta ahora me di el tiempo con el amanecer y la calma de asimilar la alcoba en la que estaba. El área donde estaba un escritorio tenía un estilo parecido a su despacho, una lámpara y un librero, y de ahí en más, el tapiz, la alfombra con detalles de manzanas y los estantes llenos de patos eran lo que definían a viva imagen a Lucifer con sus gustos infantiles.

La vista de mi cabina de radio era maravillosa donde podía contemplar todo el caos de afuera en ese punto alto del hotel, al igual que este enorme ventanal que estaba frente a mí, que cubría toda la pared de enfrente a la cama, como si Lucifer hubiera escogido precisamente esa vista para ser lo primero que viera al despertar y al anochecer.

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