V E I N T I S I E T E

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Steve estaba leyendo papeles en su escritorio, cuando su celular vibró algo impaciente unas cuatro veces, así que dejó su labor para ver qué había pasado con tanta urgencia.

Apenas leyó los mensajes de Tony, la confusión que sintió a primera hora del día cuando fue a dejar a su hijo al jardín, se incrementó en un cien por cierto.

Bien, él sabía que hace muchísimo tiempo no se involucraba románticamente con nadie, y que eso lo hacía ser algo inseguro e intenso al respecto, pero tampoco es como que puedan culparlo.

Es decir, se conocieron en el jardín y durante un año estuvieron coqueteandose tanto directa como indirectamente, y ahora Tony, su Tony le pide profesionalismo.

¿Qué significa eso?, ¿por qué tan de pronto?

Vio la foto en su escritorio donde estaba junto a Joseph y se arrepintió un poco de involucrarlo en esto también, porque su hijo esperó el abrazo del maestro como todas, absolutamente todas las mañanas desde que se mudaron a California, y ese abrazo no llegó.

¿Acaso estaba yendo muy rápido?, ¿deberían decirle a Joseph que son novios y que no puede decirle a nadie?, ¿cómo podría? sólo es un niño.

Steve no respondió el mensaje, porque se sentía molesto y no quería causar un gran drama por eso, luego y en persona, hablaría con Anthony sobre su reciente relación.

[...]

—Es sólo un niño, no te preocupes.

Dijo Tony mientras vigilaba el patio de juegos junto a Bruce, ya era la hora del recreo y había que estar pendientes porque siempre había un golpe o una pelea entre los pequeños.

—Igual es tierno que te haya abrazado apenas te vió llegar, pero ten cuidado al involucrarte demasiado, Tones.

Tony suspiró, pasando una de sus manos por detrás de su cuello, mirando a Joseph y Francis jugar en el pequeño castillo de madera en el centro del patio.

—No me estoy involucrando demasiado, no te preocupes Brucie...

No podía mentirle, Bruce era quien lo cubría cuando él iba a esperar a Steve y a Joseph en las mañanas.

—Tony...

El castaño miró a su amigo de gafas, y mordió su mejilla, de todos modos, necesitaba hablar con alguien sobre lo que estaba pasando.

—Steve y yo somos...

—No olvides lo que pasó con Loki, Tony.

Esa advertencia de Bruce fue suficiente para que Tony se quedara en silencio, abrazándose a sí mismo porque al parecer, Bruce sabía todo.

Loki, uno de los amigos más cercano de ambos castaños fue un profesor que durante el primer año del jardín, se enamoró de uno de los apoderados recién llegados, Thor.

Ambos tuvieron un amorío, Thor terminó con su esposa Jane para estar con Loki, cosa nada fácil para la chica, pues se encargó de contarle a todas las madres y padres de ese entonces, quienes decidieron que ese ambiente no era para sus niños, y decidieron sacarlos del jardín.

Fue un primer año difícil y el escándalo se fue olvidando con el tiempo, pero Pepper había tomado medidas, prohibiendo estrictamente relaciones más allá de lo profesional entre maestros y padres.

—No tengo nada más que decir.

Respondió Tony sin muchas ganas, sintiendo la mirada del rizado en él.

—Lo sé, y yo tampoco además de decirte que tengas cuidado, Tony.

Unas palmadas en la espalda fueron un pequeño apoyo para el maestro, quien sólo le sonrió a su amigo con calma, volviendo su mirada a los niños jugando en el patio.

Bien, lo que faltaba.

[...]

La hora de término de la jornada escolar había llegado, y Tony estaba algo nervioso de ver a Steve porque su mensaje no obtuvo respuesta, y no sabía si eso era un alivio o una tortura.

Casi no quedaban alumnos, Sharon se había ido hace algunos minutos y Pepper y los conserjes también, encargándole a Tony cerrar el jardín porque Joseph aún esperaba a su padre.

Se supone que hoy irían a comer pizza, pero al parecer Steve se atrasó.

Joseph estaba jugando con una pequeña pelota que rebotaba apenas tocaba el piso, así que ni se inmutaba del nerviosismo del castaño cuando llegó el auto de su padre, y éste bajó del mismo.

Tan correcto como siempre, y tan serio como la primera vez que llegó a este lugar. Tony por poco olvida ese rostro tan serio que portaba el militar.

—¡Papá!

Joseph se tiró a sus brazos y recién ahí vio la sonrisa de Steve. Abrazando a su hijo, y la conversación de la mañana con Pepper se repitió en su mente. Él no tendría uno propio jamás, pero Joseph era casi suyo... ¿no?

—Jo amor, hola. ¿Estás listo para nuestra cita de pizzas con Tony?

Tony estaba de pie, mirando la escena con calma. Sonrió un poco cuando Steve lo nombró como si no estuvieran algo distanciados.

—¡Claro que sí!, estuve esperando porque quiero pepperoni.

Deja de pensar en Pepper, Tony.

—Muy bien amor, espérame en el auto, tengo que preguntarle a Tony cuál es su pizza favorita.

Joseph tomó la mano de Tony cuando Steve se separó de él, y miró al maestro con atención.

—¿Vas a venir conmigo, verdad maestro?

La carita del niño hizo el corazón de Tony un pañuelo, y él sólo pudo asentir con la cabeza. Cuando lo hizo, Joseph sonrió y corrió al auto luego.

Una vez estuvieron fuera del jardín, ambos solos, se sintió la tensión en el ambiente. Steve se acercó a Tony, poniéndose frente a él, imponente y demandante como un buen militar.

—¿Profesionales?, ¿en serio?

Tony estaba evitando mirar a Steve porque sus alarmas se encendieron y no podía pensar claramente con esa faceta del rubio a centímetros suyos.

—Steve, es que...

El militar puso su mano bajo el rostro de Anthony, haciendo que lo mire.

—No sabes cuánto te extrañé, beloved, no puedo ser profesional contigo. Lo siento.

Cuando Steve lo besó, nada importó. Llevó sus manos a la chaqueta de militar del más alto, apretando ahí mientras continuaba el beso.

Fuera del jardín. Con Joseph en el auto y despierto. A plena luz del día. Ambos con sus uniformes de trabajo.

Nuevas Oportunidades - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora