T R E I N T A Y D O S

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—¡Papá, ¿por qué besaste a la niñera?!

Preguntó Joseph con una sonrisa en el rostro, mientras que Tony cerraba los ojos imaginando lo que se le venía encima luego de eso.

—¿Niñera?

Steve intentó disipar el ambiente tenso al pedir ayuda para limpiar el suelo manchado de pastel sin decir ninguna palabra. Mierda, ¿qué se supone que debía decir?

—Sip, el maestro Tony es mi niñera.

Dijo Joseph sonriendo, sin entender el alboroto que se formó de pronto. Todos los niños se acercaron a Joseph, preguntando felices cómo era posible que el maestro Tony fuera su niñera.

—¡Jo!

Reclamó Steve con sus manos llenas de pastel, pero ya era tarde, su hijo ya había dicho todo.

—Tony, ¡a mi oficina!

Gritó Pepper, mientras Tony salía de su estado de shock, y sin mirar a ninguna de las madres y padres presentes, salió del salón detrás de la pelirroja.

Bien, se supo todo. Todo se arruinó, y lo que más le dolía era que habían arruinado el cumpleaños de su querido Joseph.

[...]

—Lamento los inconvenientes, creo que deberíamos irnos, todo esto fue un error.

Habló por fin Sharon, quitando el vídeo y apagando el proyector.

Los adultos en la sala estuvieron de acuerdo, y salieron del lugar entre malas miradas para Steve y comentarios venenosos.

—Steve, lo lamento.

Dijo la rubia antes de salir del lugar. El rubio, se cruzó de brazos sobre su pecho, mirándola con molestia.

Todo esto parecía un plan, y él sabía quién fue la creadora del mismo. Demonios, ¿cómo no lo notó antes?

Iba a ir tras la rubia para encararla, pero Joseph recién cayó en cuenta de que sus amigos se fueron de pronto, obligados por sus padres y ni siquiera le cantaron el feliz cumpleaños.

—Papá...

Llamó el niño, restregando sus ojitos con sus puños.

—¿Por qué se fueron todos?

Steve sintió una horrible presión en el pecho, sintiéndose responsable de lo sucedido, fue hasta donde su hijo y lo abrazó fuertemente, sintiendo su camisa mojándose poco a poco mientras Joseph comenzaba a llorar con intensidad.

—No me cantaron el feliz cumpleaños, pero yo a ellos sí, ¿por qué?

El niño se separó del abrazo, mirando a su padre frente a él con una expresión de preocupación.

Joseph hizo un puchero, y Steve limpió sus lágrimas con sus pulgares.

—Amor, lo siento. La gente a veces no tolera ver a las personas felices.

Joseph abrazó fuertemente a su padre, quien aún estaba lleno de pastel.

[...]

—¡No lo puedo creer, Anthony!, te lo pedí muchas veces, tú y yo sabemos que este lugar costó nuestra relación. Nuestra relación, ¿entiendes?

Tony estaba apoyado contra la puerta, mirando a Pepper caminar frenética por su oficina.

—Lo sé...

—Nos perdimos por crear este lugar, y nos costó tanto llegar a donde estábamos.

—Pepper...

Cada que Tony abría la boca, la pelirroja lo miraba molesta y lo interrumpía. Estaba enojada, muy.

—¿Es que a ti no te dolió perdernos?, ¿a ti no te costó construir esto?, ¿y lo que tenemos ahora?, Tony, yo confié en ti. Ciegamente.

El castaño miró el suelo, recordando brevemente lo que sucedió en el pasado con Loki y Thor, y no pudo evitar sentirse un idiota.

—Pepper, no es eso, es que no quería que supieras, no quería meterte en este problema.

Habló cuando tomó aire, mirando a la mujer fijamente.

—Pues lo hiciste de todos modos, y te lo pregunté Tony, te lo pregunté muchas veces y no confiaste en mi...

La chica se sentó sobre el escritorio, apretándose el puente entre la nariz con los dedos, frustrada.

Tony se acercó a ella, poniendo sus manos en los brazos de la mujer.

—Pepps, lo siento por no habértelo dicho. Sé todo lo que esto nos costó, nuestra actual relación de amigos considerando que nos odiábamos hace algunos años... —recordó Tony intentando aliviar el clima entre ambos. — también lo que pasó con Thor y Loki, y ni hablar cuando no teníamos niños a quienes cuidar. Las noches en vela y despertar tan temprano a pesar de los pocos niños que teníamos. Recuerdo todo, y me dolió todo también, Pepps. Yo... sólo, no quería hacerte pasar por lo mismo. Sólo fue un amorío y puedo terminarlo si...

Pepper lo cortó cuando alzó su mano.

—No, no es sólo un amorío, Tony. Y realmente me duele que no hayas confiado en mi, porque a diferencia de Loki, Tony, yo te hubiese apoyado, yo quiero que seas feliz... y sé que con Steve lo eres. Se te notaba a kilómetros, sólo no quise darme cuenta antes.

Tony sintió sus ojos y nariz picar por las palabras de Pepper, así que la abrazó. Ambos se abrazaron.

—Y no me olvido que fuiste niñera de un alumno, no creas que está todo bien...

Tony sonrió un poco entre lágrimas. Sí, estaba llorando porque fueron muchas emociones de pronto.

—Vamos paso a paso.

Murmuró el castaño, sintiéndose -a pesar de todo- mucho más liviano.

Nuevas Oportunidades - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora