D O C E

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Steve entró corriendo al recinto luego de recibir una llamada de Pepper, la directora del preescolar. Caminó hasta la sala de la misma, algo preocupado porque no le habían dicho el motivo de tan sorpresiva llamada.

Y recién es la segunda semana de clases.

Tocó la puerta frente a él, esperando una respuesta que llegó inmediatamente después de separar su mano de la madera.

—Directora. —Saludó el rubio una vez abrió la puerta, viendo en su silla de cuero a la pelirroja. —Buenos días.

Apenas eran las diez de la mañana, técnicamente había estado dos horas en el trabajo antes de volver a éste conocido lugar.

—Buenos días a usted también, señor Rogers.

Saludó la pelirroja mientras el rubio entraba y cerraba la puerta tras de sí.

—Peps, ya traje los cafés. —El profesor Anthony entró desde otra habitación, con dos cafés en sus manos. —Señor Rogers.

Saludó el castaño, siendo algo distante. Últimamente era así desde que se vieron a finales de año antes de terminar el año escolar, cosa que entendía pero era extraño distanciarse de alguien a quien Steve por alguna razón, comenzaba a estimar.

Además, ¿no debería estar en clases?

—Tome asiento, señor Rogers.

Steve salió de sus pensamientos al oír a la chica, así que obedeció como buen soldado, sentándose frente a ella.

Aunque de vez en cuando miraba al castaño quien estaba al lado de la directora. Muy a su lado, y eso le incomodaba.

—Gracias.

Respondió de forma escueta.

—Señor Rogers, seguro se está preguntando porqué lo citamos con tanta urgencia y a tan poco tiempo del inicio de clases.

De verdad, de verdad que Steve quería centrar su atención en ella, pero el ver a Anthony de vez en cuando se estaba volviendo algo muy recurrente, y no podía concentrarse.

—Señor Rogers. —Llamó Pepper un poco molesta al notar la situación y el poco interés del padre. —Lamento que el maestro esté presente, pero al ser él quién está a cargo de su hijo, tiene que corroborar la situación que está pasando con Joseph.

Steve se acomodó en su asiento, dejando de ver a Tony, quién por su parte, estaba bebiendo de su café,  divertido por la situación.

También estaba molesto, pero las miradas intensas de Steve eran todo para él, aunque intentase mantener sus distancias profesionales.

—¿Con Joseph?, ¿está bien, le pasó algo malo?

—No se preocupe, Joseph está bien.

Habló el castaño con calma por segunda vez desde que llegó.

Steve no lo miró o volvería a desconcentrarse. Lo consternaba que la relación con Tony haya cambiado en cosa de meses.

—Okay.

Asintió con la cabeza y Pepper le extendió el otro vaso con café que Tony había llevado originalmente para ella.

—Bueno, no sé cómo decirle esto, pero Joseph ha incurrido en algunas faltas durante estos días.

Steve hizo una mueca de confusión. Tony le hizo señas intentando que lo mirase y no dijera nada que...

—Si es por llegar tarde, le prometo que no volverá a pasar.

Bueno, el maestro notablemente falló, por lo que desvío la mirada porque sabía que Pepper se enojaría por ocultarle la situación.

—Tony, se supone que ya no llegaba tarde a clases.

Anthony se acomodó su uniforme de trabajo, algo incómodo cuando miró a su superior.

—Sólo fue hoy, ¿verdad señor Rogers?

—Sí, sólo fue hoy.

Respondió el rubio, notando que había metido la pata sólo por la mirada que Tony le dio.

—Eso espero. —Dijo Pepper, específicamente a Tony. —Como le decía, Joseph no está haciendo sus tareas. Como sabe ya está en edad de leer y escribir.

Steve asintió totalmente sorprendido por lo que escuchaba. Joseph nunca había sido un niño que no cumpliera su deber. Anthony notó la cara de Steve, así que prosiguió él.

—No se preocupe, sí entrega sus tareas, sólo que no están hechas por él. —Bueno, no es la forma más amigable de decirlo. —Sospechamos que está copiando sus tareas, señor Rogers.

—¿Qué?, ¿copiando?

Dios, esto era completamente nuevo.

—Si, él y su compañero Francis Barton suelen entregar las mismas tareas.— Completó Pepper, algo molesta. —Usted sabe que somos una institución de prestigio y no permitimos estas situaciones por más mínimas que sean.

Ay, Dios.

Steve miró a Tony buscando confirmación, y el castaño asintió con la cabeza, moviendo sus labios sutilmente en un "lo siento".

—Está bien, señorita, lo entiendo, pero es la primera vez que Joseph incurre en esta falta, yo puedo hablar con él y explicarle.

—Lo sé, por eso lo citamos. —Aclaró Pepper, mirando al rubio directamente. —No es la primera vez de hecho, y ya sabemos como es Francis Barton, pero si vuelve a ocurrir creo que tendrá que buscar otro jardín. Ambos.

Steve apretó su mandíbula, sintiendo por primera vez, un enorme enojo con su hijo.

Nuevas Oportunidades - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora