T R E I N T A Y U N O

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Una semana había concurrido desde que Sharon sabía el secreto de Tony y Steve. Una semana donde a cada salida veía el abrazo de Joseph hacia el maestro con algo de molestia.

Ahora entendía el cariño del niño hacia el maestro, y su rápida adaptación a todos los cambios que pasó de un momento a otro.

Durante este tiempo, Sharon había mensajeado a Steve para acordar una cita y verse para conversar, pero siempre recibía la misma estúpida respuesta.

"No puedo, tengo trabajo, lo siento señorita"

Mentiras. Sucias mentiras.

Sharon quiso ser comprensiva y darle una oportunidad al rubio, pero se había cansado de esperar como una idiota a que el rubio se diera cuenta de que esta gran mujer estaba interesada en él.

Ahora estaba caminando con un pastel en sus manos, porque era el cumpleaños de Joseph y lo celebrarían en el jardín como es costumbre.

—Buenos días, señorita Carter.

Saludó cordial Tony, sólo porque estaban en el jardín. Claro, como si eso no le impidiera estar encerrado junto a Steve en el baño.

Después de analizarlo, Sharon se dió cuenta de lo que pasó ese día en la reunión mensual.

—Buenos días maestro Tony, como siempre es un gusto venir a ayudar.

El castaño sonrió mientras le sostenía la puerta abierta para que ella entrara. Apenas lo hizo, notó la presencia del rubio pegando globos al techo.

—Señorita Sharon.

Saludó Steve apenas la vió, desviando la mirada luego para continuar su labor.

—Señor Steve viudo Rogers. Tanto tiempo sin vernos.

El comentario incomodó a los presentes, así que Tony intervino porque vió a su novio tensando la mandíbula.

—¿Sabe si Laura Barton ya viene con la comida?, no me ha respondido los mensajes.

Sharon dejó el pastel en el escritorio, y miró a Tony con una sonrisa.

—Si, me dijo que venía en camino. No se preocupe, nadie se atrevería a faltar al cumpleaños del favorito para el maestro, ¿no está de acuerdo, señor Rogers?

Tony y Steve cruzaron miradas. El castaño mordió sus labios, tomando unas guirnaldas y tijeras para dárselas a la chica y que dejase de hablar.

El rubio por su parte, sin querer reventó un globo entre sus manos.

—Lo siento.

Murmuró el rubio, sintiéndose molesto. Además, el ruido de los niños gritando afuera ya lo tenía algo estresado, pero esto estaba siendo el colmo.

—Disculpe, Sharon, pero no tengo favoritos. —Tony interrumpió, mientras la rubia ayudaba a decorar con lentitud. —Todos mis niños son especiales para mi.

—Claro, tiene razón, disculpe mi comentario, fue algo desubicado.

Gracias a Dios, la puerta se abrió y Laura y Clint entraron con bolsas de golosinas.

—Vine a ayudar porque Francis no dejaba de insistir en que era el cumpleaños de Joseph.

—Que agradable sorpresa, Clint. Señorita Barton, gracias por traerlo.

Tony se acercó a ayudar a la pareja de inmediato, agradeciendo a Dios porque el ambiente antes de ellos estaba jodidamente tenso y no entendía el porqué.

[...]

La celebración en el salón había comenzado, los niños estaban comiendo y jugando mientras los adultos observaban -y comían también-, charlando entre ellos, orgullosos de la organización y el buen ambiente que había en el curso.

—Es un cumpleaños muy bonito. Gracias, Tony.

Steve se puso junto a Tony (que estaba junto a la mesa con el pastel, pues había que vigilar que ningún niño [Francis] se lo comiera antes de tiempo) y pasó su mano disimuladamente por la cintura del castaño.

El maestro sonrió un poco, mirando a los padres que estaban en su mundo, y quitó con cuidado la mano del rubio.

—Me alegro que le guste, señor Rogers.

Murmuró el maestro, mirando a su novio por unos segundos antes de volver su vista a Joseph.

—Lo hiciste muy bien.

Dijo algo ronco el rubio, y Tony no supo a qué se refería exactamente, así que se alejó un poco o terminaría coqueteando con Steve descaradamente.

—Basta.

Dijo bajito Tony, apretando su mano en la mesa para contenerse y recordar que estaban en medio de un cumpleaños infantil en su jodido trabajo.

—¡Bueno!, como es costumbre, la directora está aquí para cantar el feliz cumpleaños.

Sharon y Pepper entraron por la puerta, haciendo que ambos hombres se separarán para que Tony tome el pastel y se acerque al celebrado Joseph.

—Yo pondré la música.

Habló Clint mientras encendían la vela.

—No te preocupes, Clint, yo lo hago, tú apaga las luces.

Sharon se apresuró al computador y encendió el proyector apenas apagaron las luces.

Toda la atención estaba en Joseph, quien estaba muy feliz.

Cuando comenzaron a cantar, y la rubia puso el feliz cumpleaños en el proyector, cambió el vídeo infantil a las imágenes de Steve y Tony besándose en el auto y fuera del jardín.

Si, había esperado una semana para fotografiarlos de todas las maneras necesarias para inculparlos.

—Lo siento, no sé qué pasó.

Sharon se hizo la desentendida mientras "intentaba" quitar las imágenes.

Los adultos se quedaron en silencio, para luego alzar la voz con horror, pidiendo que apaguen eso, que hay niños viendo.

Pepper se quedó estática en su lugar y el pastel, se había caído de las manos de Tony.

Nuevas Oportunidades - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora