D I E C I O C H O

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—Ya, ya, tranquilo Stevie...

Habló Tony en un tono de voz suave, acariciando y dando palmadas en la espalda del militar.

El abrazo se había extendido durante reconfortantes minutos para ambos, pero lamentablemente el tiempo no se detiene y ambos debían ir a cumplir con sus responsabilidades diarias.

Antes de romper el contacto, Steve apretó a Tony contra él sin ser brusco, pero demostrando que no quería soltarlo ni alejarlo.

—Nunca se había enojado tanto conmigo.

Habló el rubio con una mueca, mirando a Tony a centímetros suyos por la cercanía del anterior abrazo.

—Lo sé. —El castaño se encogió de hombros, aún sintiendo en su nariz el aroma del capitán. —No te preocupes, se le pasará, es un niño.

Steve tensó la mandíbula, metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón porque tenía ganas de arrastrar al castaño a su auto y huir.

—De todos modos, es mi hijo y no me habló durante toda la mañana.

Tony pasó su mano por su cuello, mordiendo sus labios porque la hora de entrar a su aula le estaba respirando en la nuca. Bruce seguro estaría molesto por la demora.

—Tranquilo, en cuanto sepa que yo lo voy a cuidar seguro se le pasará.

Por algún motivo además de sus recientes sentimientos por el maestro, Steve siempre supo que podía confiar ciegamente en él, sobretodo cuando se trataba de Joseph, el niño estaba realmente encariñado con el castaño, y eso era una señal de que tenía razón. Es una buena persona.

—Cualquier cosa, háblame por mensaje, ¿está bien?.

Tony asintió, intentando darle calma al más alto.

—Está bien.

—Ah, y sobre nosotros también puedes hablarme por mensaje.

Tony sonrió divertido, dándole un golpe en el brazo.

—Vete ya, llegarás tarde a tu trabajo.

—Sigo esperando tu respuesta.

—Pensé que era algo obvia.

—¿Eso es un si?.

Steve sonrió sin mostrar sus dientes, mirando atento al castaño.

—Eso es un claro no.

Dijo Tony con diversión en su voz, conectando miradas con Steve.

—Estás mintiendo.

—Tú estás perdiendo el tiempo, concéntrate en Joseph, tu hijo.

—Podría ser nuestro.

Tony rió con sorpresa pero sintiendo como de apoco sus mejillas se calentaban abruptamente.

Incluso Steve se encontró a sí mismo confundido, pues nunca había pensando en llamar a alguien de ese modo, en coquetear e insinuar que el lugar de Peggy podría ser ocupado. No, eso jamás pasaría, sólo no lo pensó.

—Steve, hablaremos más tarde.

—Está bien, nos vemos, Tony.

Tony se puso de puntitas en sus pies para darle un beso en la mejilla al capitán.

—Eso tómalo como un "tal vez" a tus preguntas.

Steve sonrió y sin decir nada, ambos se despidieron con sus manos agitadas en el aire. El castaño entrando al jardín y el rubio caminando a su auto.

Bien, entonces todo queda casi literalmente en manos del castaño.

Exceptuando una cosa en particular: formalizar la relación con el maestro. Ese era su objetivo, esa es su meta, y como buen militar que es, por supuesto que lo va a conseguir.

notas:
hola gente hermosa jeje, primero que nada, perdón por no actualizar la semana pasada, volví a la universidad y vivir sola requiere de muchas responsabilidades; segundo, si vuelvo a tardar en actualizar (que espero no suceda) es por estos mismos motivos; tercero y último: gracias por seguir leyendo, les tqm.

besitos!

-Cata<3

Nuevas Oportunidades - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora