E P Í L O G O

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El esperado día de la boda había llegado, y mientras Tony estaba bastante tranquilo a decir verdad. Conocía a su -ya casi- marido, y sabía que era un impuntual de primera, así que ni siquiera se había duchado aún.

Estaba en casa de Pepper (porque no podía arreglarse en casa con sus dos hijos y Steve ahí), terminando de acomodar su traje blanco sobre la cama.

Se puso las manos en las caderas mientras analizaba el lindo traje que le quedaba como un guante, y extrañó por un momento ver las manchas de lápices de colores y temperas por todos lados. Dios, como extrañaba dar clases en el jardín.

Suspiró intentando dejar esos pensamientos nostálgicos de lado, porque tenía que concentrarse en lucir hermoso el día de hoy.

Toques en la puerta lo alarmaron un poco, y sin mirar la hora se acercó a la puerta para abrir.

—Pepps...

No era su amiga, en cambio estaba Loki en su lugar. El castaño más bajito alzó una ceja, mirando con confusión al pelinegro.

—¿Qué estás haciendo en arapos?

Tony se ofendió.

—¿Qué?, es mi ropa de casa, Loki.

El pelinegro rodó los ojos, y agarrando los hombros del castaño lo volteó.

—Te casas en treinta minutos, idiota.

—¡Mierda!

Se había confiado demasiado en que le darían los tiempos. Bien, Steve es impuntual, pero él no.

Corrió al baño una vez se soltó del agarre de Loki.

—¡Límpiate bien el trasero, que hoy lo ocuparás toda la noche, Tony!

—¡Cállate!

Escuchó el de ojos verdes desde dentro del baño. Loki rió mientras miraba la hora.

—¡Y no olvides depilarte, Tones!

Este maestro estaba pensando cualquier cosa en lugar de arreglarse para su boda, así que lo último que Loki escuchó fueron insultos de parte del más bajito.

Estresarlo era divertido.

[...]

Cincuenta minutos pasaron, y Steve ya estaba mordiéndose las uñas. Tony no aparecía y el militar ya pensaba que lo había plantado.

—Papá, ya tengo hambre.

—Pops, hambe.

Peter estaba sobre el suelo con su trajecito azul y corbata roja, tirando de la tela del pantalón de su padre.

—Ya sé, amor, ya debería estar llegando Tony.

¿Así se sentía el maestro mientras esperaba todas las tardes a que el llegara? ahora entendía porqué se trataban mal al principio.

Consolar niños no era fácil.

Steve alzó a Peter en brazos, y tomó la mano de Joseph con el brazo disponible.

—Tan pronto y ya se quedaron sin padre.

Bucky se acercó, provocando que Joseph riera pero que Steve lo mirase mal.

—No bromees así, y no hagas retorcido el humor de Joseph.

—¿Retor qué?

—¿Tocido?

—Peter, tú no escuches.

Bucky comenzó a reír cuando de la nada la música nupcial sonó por la iglesia. Todos de pronto fueron a sus lugares, y Steve soltó a ambos de sus hijos.

Nuevas Oportunidades - [Stony]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora