Capítulo 10

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LUCAS

La fiesta en casa de los amigos de Noah está en pleno apogeo cuando llegamos. La música retumba en mis oídos, ahogando las palabras de las personas intentando hablar a través de la música. Noah fue recibido con entusiasmo por sus amigos, y nosotros, prácticamente su séquito, nos sumamos a la celebración.

Mientras buscamos algo para beber, Sam aprovecha para darle un consejo a Isabella, recordándole lo sucedido la última vez.

—Isabella, tómatelo con calma esta vez, ¿vale? No queremos que acabes como la última vez —dice Sam con tono preocupado.

Isabella asiente con una sonrisa amplia de esas que son tan características en ella, prometiendo moderarse con el alcohol. La veo como agarra una Coors Light, recordando lo que le había recomendado. Mientras tanto, Sam, Julián, Noah y Sophia se alejan para hablar con algunos amigos de Noah.

Yo me quedo apartado, observando desde lejos cómo un chico se acerca a Isabella y empiezan a charlar animadamente. Por alguna razón, aquello me molesta, aunque no sé exactamente porqué. Aun así, decido no intervenir y me limito a observarlos durante el resto de la noche.

Me dispuse a tomar un cóctel, ya sé perfectamente cómo tomar sin emborracharme y como tomar con intención de emborracharme. Varias chicas se me acercan para intentar entablar una conversación pero las rechazo sin una pizca de dulzura.

La fiesta parece interminable, y cada vez que miro en dirección a Isabella, la veo riendo y sonriendo con ese maldito chico. No puedo evitar sentir una punzada de celos cada vez que los veo juntos, y no se porque diablos me pasa eso, si yo detesto a Isabella, seguramente me da rabia que ella pueda conseguir a alguien siendo tan insoportable, pero intento ignorarlo y disfrutar de la fiesta lo mejor que puedo.

~•~♡︎

Cuando la fiesta llega a su fin y la gente empieza a marcharse, decido que ya es hora de intervenir y poner fin a la charla entre Isabella y el puto desconocido.

—Venga, Isabella, ya es suficiente, tenemos que irnos —digo, acercándome a ella con expresión seria, interrumpiendo su conversación.

El chico se gira hacia mí y se presenta con una sonrisa amable.

—Hola, soy Jacob. ¿Y tú? —pregunta, extendiendo la mano en un gesto de cortesía.

Yo lo miro con desprecio y ni siquiera me molesto en devolverle el saludo. En lugar de eso, me dirijo directamente hacia Isabella.

—Vámonos, Isabella —digo con brusquedad, ignorando por completo al tal Jacob.

Isabella me mira con furia, antes de poder hacerme caso, se dirige por última vez hacia el pelinegro.

—Tienes mi número, escríbeme cuando quieras —dice Isabella con una sonrisa guiñándole un ojo.

Eso último me enfureció aún más. Isabella empieza a alejarse conmigo, pero yo estoy tan furioso que siento que voy a estallar en cualquier momento.

—Quiero y necesito que me cuentes todo lo que hablaron —dice Sam demasiado entusiasmada—. Mañana espero que me cuentes todo.

—Lo haré —musita Isabella sonriendo tímidamente.

Sam e Isabella se despiden de abrazo, mientras que todos nos despedimos de Julián y Samantha, ya que ellos se van a sus casa en el coche de Julián. Mientras que Noah, Isabella y Sophia se van conmigo para llevarlos a sus casas.

Una vez dentro del coche y camino a casa, con Noah en el asiento del copiloto, escucho la conversación de Isabella y Sophia desde el asiento delantero.

—¿Y qué tal con Jacob, Bella? ¿Cómo te fue con él? —pregunta Sophia con curiosidad.

Veo por el espejo retrovisor como Isabella sonríe tímidamente, y nerviosa, por compartir los detalles de su encuentro con ese idiota.

—Fue genial, Soph. Es muy agradable y divertido, y se portó súper bien conmigo toda la noche —responde Isabella, con un brillo de entusiasmo en los ojos.

Aprieto el volante causando que mis nudillos se tiñan de blanco.

—Y lo guapo que está... —musita Sophia mientas ambas ríen.

Yo, fastidiado hasta la médula, no puedo evitar intervenir.

—Deja de ser tan ingenua, Isabella. ¿No te das cuenta que solo te va a utilizar? Solo serás un juguete para él —digo con amargura, sintiendo un sabor amargo en los labios, lanzándole una mirada llena de desprecio.

—Tú sí que eres un miserable, Lucas. Un machista de mierda que solo sabe menospreciar a los demás para sentirse superior —habla con firmeza—. No eres más que una pobre alma atormentada que no tiene nada mejor que hacer que amargar la vida de los demás. Y sí, te odio por ser así de despreciable —Termina Isabella con agallas, sin retroceder ante mi mirada furiosa.

Un punzante dolor se instala en mi estomago, como un puñetazo. Por un lado, me invade una sensación de confusión, cuestionándome si mis acciones son realmente tan despreciables como ella las había hecho ver. ¿Estoy siendo tan duro? Por otro lado, no puedo evitar sentir un ligero atisbo de lástima por ella, pero es solo eso: un atisbo. Mi resentimiento hacia Isabella sigue intacto, y aunque sus palabras me han sacudido, no puedo borrar el profundo desprecio que siento hacia ella.

Dejamos a Sophia en su casa y luego, finalmente, llegamos a casa de Isabella y Noah, cuando me dispuse a despedirme, Isabella se baja del coche sin despedirse de mí. Noah me mira con la mandíbula apretada.

—Lucas, quiero que te abstengas de hablarle así a mi hermana. No voy a permitir que sigas maltratándola de esta manera —musita Noah, con tono serio y decidido—. Te aprecio mucho, pero, la próxima vez no seré tan gentil.

Aprieto la mandíbula antes de marcharme de allí con la sangre hirviendo. Quizás debería evitar hacer esos comentarios, pero eso no significa que realmente no los pensara. Estoy confundido y agotado.

Al llegar a casa, me dejo caer en mi cama y cierro mis ojos, tratando de alejar de mi mente el tumulto de emociones que me embarga. Quizás necesito tiempo para procesar lo sucedido y reflexionar sobre mis acciones. Pero una cosa está clara: la situación entre Isabella y yo ha alcanzado un punto crítico, y no sé si alguna vez podremos superarlo.

Petals Of Hate (Petals #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora