ISABELLA
El día en el instituto comienza con una mezcla de emociones y expectativas. Al llegar al colegio, noto que las miradas de algunos compañeros están puestas en mí. Puedo escuchar susurros y murmullos, especialmente cuando paso junto a Sam, Julián y Sophia.
Julián, por otro lado, parece sorprendido al verme junto a Lucas. Su expresión de asombro es casi cómica, y no puedo evitar sonreír ante su reacción.
Sophia se acerca a mí durante el primer descanso, con una expresión de preocupación en su rostro.
—Isabella, ¿has escuchado lo que están diciendo sobre ti y Lucas? —me pregunta, su tono cargado de molestia.
Sus palabras me hacen fruncir el ceño, sabiendo que se refiere a los chismes y las críticas que circulan en el instituto.
—Sí, he escuchado algo. Pero no me importa lo que digan —respondo con determinación, tratando de calmar sus preocupaciones.
Sophia suspira, su mirada reflejando su frustración por la situación.
—No puedo creer cómo pueden hablar de ti de esa manera. Deberían ocuparse de sus propias vidas en lugar de criticarte sin conocerte —comenta, su voz llena de indignación.
—Lo sé, Soph. Pero no podemos controlar lo que los demás piensen o digan —respondo, buscando tranquilizarla.
La mañana continúa con clases, conversaciones y risas. A pesar de los comentarios y los murmullos, me siento más segura al lado de Lucas. Cada vez que nuestras miradas se encuentran en el pasillo o en el aula, siento un vínculo especial que me da fuerzas para enfrentar cualquier cosa.
En el descanso, nos reunimos en el patio del instituto. Sam y Julián siguen mostrando sorpresa y curiosidad por nuestra relación, pero también nos brindan su apoyo y felicitaciones.
A pesar de los chismes y las críticas, nuestro círculo de amigos nos apoya y eso es lo que realmente importa.
Al finalizar la jornada escolar, Lucas se acerca a mí con una sonrisa traviesa en el rostro.
—¿Te gustaría cenar esta noche en MagicFood? —me propone, su mirada llena de complicidad.
Mi corazón salta de alegría ante su gesto.
—¡Claro que sí! Me encantaría —respondo emocionada, sintiendo la conexión especial entre nosotros.
Caminamos juntos hacia el estacionamiento. Aunque los chismes y las críticas puedan rondar en el instituto, sé que con Lucas a mi lado, puedo enfrentar cualquier cosa.
La tarde avanza mientras nos dirigimos hacia MagicFood. El ambiente está cargado de emoción y expectativa. Lucas conduce con una sonrisa radiante en el rostro, mientras canto una canción de selena gómez a todo pulmón.
Al llegar al restaurante, nos reciben con amabilidad y nos conducen a una mesa cerca de la ventana, desde donde podemos ver las luces de la ciudad y sentir la atmósfera acogedora del lugar.
Nos sentamos frente a frente, nuestros ojos se encuentran en una mirada cómplice.
—Isabella, quiero que sepas que no me importan los chismes o las falsedades que puedan decir de ti. Lo único que me importa es lo que tú y yo sabemos: nuestra conexión, nuestros sentimientos —afirma Lucas con determinación, su mirada fija en la mía.
Sus palabras me llenan de calidez y confianza. Siento que puedo ser yo misma sin miedo al juicio de los demás.
—Eres increíble y me siento afortunada de tenerte a mi lado —expreso sinceramente, dejando que mis emociones fluyan libremente.
—El afortunado aquí soy yo —musita Lucas mordiéndose el labio inferior mirándome—. También quiero contarte sobre una decisión que he tomado...
Mis ojos se agrandan mientras esbozo una sonrisa.
—¿De qué se trata?
En ese mismo instante llega nuestro pedido y comenzamos a comer, hamburguesas que están deliciosas.
—Te había dicho que no estoy de acuerdo con que estudies algo que no te gusta cuando tu sueño es otro... —empieza llevando una papa frita a mi boca, me la como, inquieta por saber que me dirá—. Pues, tome la decisión de yo mismo cumplir tu sueño.
—¿Qué? No... No entiendo, Lucas.
—Voy a construir un restaurante para ti, de hecho, ya estoy en ello...
—¡¿Estas loco?! —Le susurro en un grito ahogado—. No. No, Lucas. De ninguna manera voy a aceptar algo así, ¿de verdad te has vuelto loco?
—Estoy loco por ti. Tu me tienes así, es tu culpa, ¿sabes?
Suelto una risa nerviosa.
—No lo voy a aceptar.
—No te queda otra opción más que aceptar, Isabella.
Me pasó las manos por el pelo, frustrada.
—Eso es demasiado. No puedo aceptarlo.
—¿Crees que es demasiado? —Lucas suelta una risa irónica—. Eso no es nada comparado por todo lo que yo haría por ti.
—No me jodas... —musito soltando una risa nerviosa.
—Te hablo en serio, princesa. Voy a cumplir tu sueño cuésteme lo que me cueste, ¿de acuerdo?
—Lucas...
—¿De acuerdo señorita? —Me interrumpe, amenazandome con un cuchillo de mesa haciéndome reír.
—¿Me dejarías pensarlo?
—¿Pensar qué, si ya estoy en ello?
—¿Como...? ¿En serio?
—Sí, estoy preparando los diseños y todo, que para eso tienes que elegir tú, para poder mandar a hacer la construcción del restaurante.
—No me lo creo...
—Créetelo. Y si necesitas algo más, no dudes en que te lo daré, Isa. Mi vida te la doy si es necesario.
—¡Ay! ¿Por qué eres tan lindo? —Sonrío agarrándolo de la mano—. Aún siento que es demasiado pero no habrá forma de hacerte cambiar de opinión, ¿verdad?
Lucas, con una sonrisa perfecta en los labios, niega con la cabeza.
—Voy a aceptar esto, pero nada más, ya eso es mucho...
Lucas sin desvanecer su sonrisa, se sienta a mi lado colocando su brazo detrás de mi, mirándome con ojos tiernos, haciéndome sonrojar.
—Apuntalo, Isabella. Haré eso y más y jamás voy a aceptar un no. Haré todo lo que esté en mi alcance para hacerte la mujer más feliz del mundo, que quede claro.
Y posteriormente, me besa los labios con ternura mientras acaricia mi mejilla.
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Petals Of Hate (Petals #1)
RomanceIsabella guarda silencio sobre la pérdida de su madre desde que falleció, hace cuatro años, y posteriormente, su hermano Noah se fue de casa sin decir nada. A pesar de su tristeza oculta, Isabella irradia alegría y felicidad, especialmente cuando es...