Capítulo 25

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LUCAS

Escucho el ruido de mis ventanas abrirse, no he sido yo, pienso con los ojos cerrados, abro los ojos lentamente mientras me golpea el sol directamente en los ojos.

Es mi madre quien ha entrado a mi habitación y abierto las ventanas.

—Lucas Miller, tenemos que hablar —dice mi madre, con la voz firme, parece enojada.

—¿Tiene que ser ahora? —pregunto con la voz ronca volviendo a cerrar mis ojos.

—Necesito que me expliques que te ha pasado en las manos, ahora.

Abro los ojos de golpe, sentándome en la cama. Miro mis manos, sigo teniendo las vendas y ahora las vendas están sucias de sangre seca de Jacob... Levanto la mirada hacia ella y me siento en la cama colocando los pies en el suelo.

—Son problemas personales, mamá, no tienes que preocuparte.

—Lucas. No me ocultes...

—¿Qué? —Me levanto mirándola fijamente a los ojos—. ¿Tú si me puedes ocultar información demasiado importante y yo no?

Suelto un bufido pasándome la mano por mi pelo, despeinandolo.

—¿De que hablas? —Mi madre se hace la desentendida.

—¿Qué de que hablo? ¿Es en serio mamá? —alzo la voz sintiéndome totalmente devastado—. Hablo del hecho que me ocultaste la enfermedad de mi abuela. De eso hablo. ¿Y así me pides que no te oculte nada cuando tú eres mucho peor?

La habitación parece encogerse a mi alrededor mientras la tensión crece entre mi madre y yo. Mis manos se aprietan en puños, sintiendo la rabia e impotencia bullir en mi interior. No puedo contener más todo lo que llevo guardado.

—¡Dime, mamá! —exclamo, mi voz cargada de desesperación—. ¿Qué le pasa a mi abuela?

Elizabeth titubea, sus ojos evitando encontrarse con los míos. Puedo ver el temor en su rostro, el miedo a enfrentar la realidad que ha estado ocultando.

—Es complicado, Lucas. No es algo que puedas entender de inmediato —responde, su voz temblorosa revelando la fragilidad de su posición.

La ira burbujea dentro de mí, la sensación de ser tratado como un niño que no puede comprender la gravedad de la situación. Camino hacia ella, mis pasos resonando en el suelo con una determinación feroz.

—¡No me trates como un idiota, mamá! —grito, mi voz llena de dolor y frustración—. No me importa si es complicado, quiero saber la verdad. Quiero saber qué le pasa a Abigail.

Mi madre finalmente me mira a los ojos, sus lágrimas reflejando el peso de la verdad que ha estado escondiendo.

—Tiene cáncer, Lucas. Cáncer de pulmón en etapa avanzada —confiesa en un susurro, como si las palabras fueran demasiado pesadas para pronunciarlas en voz alta.

Siento un nudo en la garganta, la realidad golpeándome con una fuerza abrumadora. Mis ojos arden, con lágrimas amenazando con salir pero que se niegan a caer, mis manos temblando de impotencia y tristeza.

—¿Por qué no me dijiste antes? ¿Por qué ocultarlo? —pregunto, mi voz ahora quebrada.

Mi madre se acerca y me abraza, su cuerpo temblando junto al mío.

—Lo siento, Lucas. Pensé que protegiéndote de la verdad te ayudaría a seguir adelante sin preocupaciones —explica, sus palabras ahogadas por el llanto—. Pero veo que fue un error. Deberías haber sabido desde el principio.

Petals Of Hate (Petals #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora