Petals Of Hate (Petals #1)

Capítulo 23

LUCAS

—Revisa esta hora. —Le digo al tipo mientras miramos las cámaras que están situadas en el callejón.

Veo como el sujeto se coloca en la pared del callejón y luego arrastra a Isabella en el callejón y la pone contra la pared. Toda la sangre que pasa por mis venas se siente caliente y mis músculos se aprietan...

El sujeto saca una navaja, logro ver el miedo de Isabella en sus ojos, en su cuerpo, en sus labios temblorosos, en sus lágrimas y se me eriza la piel.

—Hazle zoom a la cara del sujeto cuando se vea —digo mirando la pantalla con atención.

Sigo viendo cuando el hombre le clava la navaja a Isabella y sin piedad alguna se la saca sin más. Aprieto los puños a mis costados, tengo ganas de matarlo.

Luego, el muy imbecil se da cuenta de la cámara y mira fijamente la cámara por un momento, el chico pausa el video y hace zoom, el rostro que veo hace que todo mi ser se tense y tenga un instinto de matar a alguien como nunca lo he tenido.

—Jacob... —susurro su nombre con repugnancia.

♡~•~♡ ︎

Tomo un largo trago de mi martini sintiendo el ardor de su sabor pasando bruscamente por mi garganta. Me encuentro en una disco, donde se encuentra Jacob, sonriendo abiertamente con sus amigos.

¿Cómo he llegado aquí? Tengo mis contactos. Y este idiota me debe una muy grande. Pero antes de cumplir con mi objetivo salgo de la disco un momento sacando mi celular de mi bolsillo buscando el contacto de Isabella y llamándola. Contesta luego de unos tonos.

—¿Hola?

—¿Estás bien? —Voy al grano.

—¿Hola, no? —suelta un suspiro característico de ella cuando le molesta algo—. Si, estoy bien. Justo ya me dieron de alta. Ya me voy a casa.

—Perfecto, hablamos después —digo antes de colgar.

Cuando guardo mi celular en mi bolsillo, la víctima sale de la disco poniéndose en bandeja de plata para mi. Saca un cigarrillo empezando a fumar. Me acerco a Jacob con una sonrisa falsa en el rostro. Sus ojos muestran claramente su nerviosismo.

—Hola, Jacob. Cuánto tiempo, ¿no? —mi tono es calmado pero cargado de significado.

Jacob me mira con cautela.

—¿Qué pasa? ¿No me vas a saludar? —mi voz es firme, y le quito el cigarro de las manos, sosteniéndolo cerca de su mejilla quemándolo mínimamente. Suelta un quejido frotándose la mejilla.

—¡Hijo de...!

—Se te da muy bien apuñalar a mujeres indefensas, ¿eh?

—Lucas... No sé de qué me hablas... —dice, retrocediendo un paso.

—Oh, ¿no sabes? —me acerco un poco más—. Ven conmigo.

Lo guío hacia un callejón apartado, asegurándome de que no haya cámaras de seguridad. Lo empujo bruscamente al suelo cuando sus ojos reflejan el miedo.

—Déjame en paz, joder... —susurra, suplicante.

—Te preguntaré algo, inservible... ¿Por qué diablos le hiciste eso a Isabella?

—Yo no... —Su semblante de perrito abandonado cambia a una más arrogante, altanera y como si no le importara nada—. ¿Sabes que? Si, lo hice porque la detesto, es una puta...

Y ya con eso me hace perder toda la cordura que he estado teniendo. Me coloco encima de él y empiezo a repartir golpes por su cara, costillas y pecho, sin piedad alguna, con tanta fuerza que me llegan a arder mis nudillos. Sigo golpeándolo hasta hacerlo sangrar, rebusco en sus bolsillos algo que me pueda ayudar a hacerle más daño, agarro el encendedor con el que estaba encendiendo el cigarro anteriormente y lo pasó por su cuerpo, cuando él empieza a gritar agarro parte de su camiseta y lo amarro entrándolo en su boca para que no se escuchen sus gritos. Le doy unos golpes más, pero sin sentirme satisfecho aún.