Capítulo 24

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ISABELLA

Estoy mareada. ¿Qué demonios acaba de pasar? ¿Y por qué se sintió tan bien?

No puedo evitar recordar cómo comenzó todo, cómo nuestras vidas se entrelazaron en un caos de odio. Recuerdo nuestras discusiones acaloradas en el salón de clases, nuestras miradas cargadas de desafío y nuestras palabras cortantes como dagas.

Mi padre y mi hermano entran a casa con algunas bolsas de supermercado y medicamentos. Lucas se levanta.

—Oh, hola tío, no sabía que estabas aquí... —Lo saluda Noah con un apretón de manos y un abrazo con palmada en la espalda.

—¡Hola chaval! Que bueno tenerte por aquí, ¿a qué se debe? —dice mi padre.

—Vine a ver cómo estaba Isabella...

—Gracias por eso. Me daba miedo dejarla sola...

—¡Estoy escuchando! ¡Ya no soy una niña, papá! —grito para que me escuche con mucha claridad.

—Para mí sigue siendo mi niña pequeña —susurra mi padre intentando que yo no escuche pero lo escuché perfectamente...

En eso veo como Jessica entra a casa con solo una bolsa en manos, inmediatamente me siento incómoda, pero no lo dejo ver. Ella me ve y se acerca a mi.

—¿Puedo? —pregunta señalando el espacio vacío que ha dejado Lucas en el sofá.

—Claro.

Ella se sienta a mi lado mirándome con una sonrisa genuina. Solo con la mirada de ella, me doy cuenta que no es mala persona, realmente intenta llevarse bien conmigo...

—¿Cómo te sientes?

—Mejor. —susurro esbozando una pequeña sonrisa.

Ella toma el atrevimiento de acariciar mi brazo con delicadeza y cariño, algo que explota un sentimiento raro en mi interior, cuando aleja su mano puedo respirar de nuevo.

Se levanta y se dirige hacia los hombres que se la han pasado hablando, me acomodo en el sofá escuchando lo que hablan.

—¿Qué te ha pasado en las manos? —Le pregunta Noah a Lucas.

Un momento largo de silencio, parece que Lucas no quiere responder.

—Oigan, muero de hambre —digo agarrando mis muletas y empezando a caminar hacia ellos.

—¿Quieres que te cocine algo? —pregunta Jessica dejándome atónica... Dios. Que difícil es esto para mi.

—Claro, ¿por qué no?

—Bien. Te prepararé algo muy rico —dice Jessica con entusiasmo.

Mi padre me visualiza intentando saber si aquello me ha incomodado o no, asiente con la cabeza suavemente acariciándome el brazo.

—Voy a ayudarla... —dice y se dirige hacia la cocina con Jessica.

—Sigo esperando la respuesta de que cojones te ha pasado en las manos. —Noah insiste en el tema.

Trago saliva mirando a Lucas. Realmente, no sabría cuál sería la reacción de mi hermano al saber eso, quizás le agradezca o quizás piense que es un violento y que no debió de hacer eso, en estos casos, conozco poco a mi hermano.

—Golpeé al tipo que le hizo daño a Isabella —contesta Lucas en voz baja pero firme con la frente en alto y mirándolo a los ojos sin expresión en el rostro, marcando la mandíbula.

Noah frunce el ceño, nos mira esperando algo más.

—¿Y quien es? ¿Y como coño llegaste a él? —pregunta cruzándose de brazos.

Petals Of Hate (Petals #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora