Capítulo 34

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ISABELLA

El instituto está lleno de energía y emoción mientras nos acercábamos a la graduación. Es como si cada rincón resonara con el espíritu de despedida y anticipación. Nuestro grupo de amigos se reune en un lugar tranquilo, listos para compartir nuestras emociones encontradas.

—Chicos, ¡no puedo creer que finalmente estemos a punto de graduarnos! —exclamo emocionada, dejando que la realidad de ese momento me inunde por completo.

Las risas y los recuerdos se mezclan mientras cada uno comparte sus anécdotas más memorables de los años en el instituto. Era una mezcla agridulce de melancolía y entusiasmo por lo que está por venir.

—Recuerdo cuando Sam y Julián nos metieron en problemas por aquella broma en la biblioteca. ¡Fue épico! —comento con una sonrisa, recordando aquella travesura con cariño.

Sophia asiente, añadiendo detalles cómicos a la historia mientras Julián y Sam ríen recordando los momentos más divertidos que habíamos compartido.

Luego, el tema cambia hacia la gran fiesta de graduación que se avecina. Todos expresan su emoción y expectativas para el evento, y fue entonces cuando Lucas, debajo de la mesa, tomó mi mano suavemente, haciendo que me ruborizara y mi corazón latiera con fuerza.

—Es extraño, ¿no? —comenta Julián con picardía—. Lucas e Isabella han estado bastante tranquilos últimamente. Casi parece que se llevan bien.

—Simplemente decidí que hay cosas más importantes e Isabella no es una de ellas —responde Lucas.

Y, con un su suave apretón en mi mano me recuerda que está mintiendo y que lo que dice dice no es verdad.

Mientras el grupo sigue compartiendo risas y anécdotas, Sam propuso algo emocionante que nos saca de la tensión momentánea.

—¿Qué les parece si mañana vamos juntas a buscar nuestros vestidos para la graduación? Sería genial elegirlos juntas —propone Sam, contagiándonos a todas con su entusiasmo.

Asiento emocionada, viendo en esa salida una oportunidad para disfrutar con mis amigas mientras nos preparáramos para el evento más importante hasta ahora.

Sophia suelta una risa contagiosa.

—¿Recuerdan cuando Julián intentó hacer un truco de magia en la clase de química y terminó encendiendo la mesa?

—¡Fue culpa de ese químico raro! Todavía no entiendo cómo explotó de esa manera.

Las risas se multiplicaron mientras cada uno recordaba sus momentos más divertidos y embarazosos en el instituto. Era como si el tiempo se detuviera mientras compartíamos estas historias que nos unían de una manera especial.

Lucas, quien generalmente mantiene una actitud seria, también se suma a las anécdotas

—¿Recuerdan cuando Sam y Julián intentaron disfrazarse de profesores para saltarse una clase y terminaron siendo descubiertos por la directora?

Sam y Julián se miran entre sí con complicidad y Sam responde:

—¡Fue la peor idea que hemos tenido! Era obvio. La directora nos pilló en plena acción, y desde entonces, no nos mira de la misma manera.

—Brindemos con sus zumos —dice Sophia riendo mientras todos subimos hacia arriba nuestros vasos con zumo—. Brindemos por todos estos años de locuras, risas y amistad. Que nunca olvidemos estos momentos y que sigamos creando nuevos recuerdos juntos.

Chocamos los vasos suavemente entre risas. Es reconfortante compartir este momento con amigos que se han convertido en familia a lo largo de los años.

Después de nuestro momento emotivo en la cafetería, nos dirigimos a nuestras respectivas aulas para terminar las últimas clases y ya estamos en exámenes. Aunque la emoción sigue palpable en el ambiente, también hay un sentido de responsabilidad y anticipación por lo que vendría después.

Petals Of Hate (Petals #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora