ISABELLA
¿Por qué demonios he hecho eso? ¿Me estoy volviendo loca? No sé qué ha pasado por mi cabeza al darle ese cupcake y además tocarlo, casi tocar sus labios para limpiarlo, y que además, él no se haya apartado.
Cuando más me acerco a la salida del instituto un cuerpo me obstruye la salida, tengo que alzar un poco la mirada, pero no tanto. Se trata de la modelo e irremediablemente la chica más atractiva del instituto, Grace.
—¿Andas con prisa, Isabella?
—Sí, algo así, ¿me dejas pasar?
—Por supuesto, pero antes necesito decirte algo, muy importante —dice tomando mi barbilla entre sus dedos—. He visto que te has acercado más lo debido a Lucas. Sé que se odian, o es lo que me han dado a demostrar. Espero que solo sea odio lo que sientas por el, porque puedo llegar a ser insoportable y muy peligrosa cuando me lo propongo...
Frunzo el ceño cuando Lucas aparece en escena con el ceño fruncido igual que yo.
—¿Todo bien? —Le pregunta a su novia.
—Claro, solo tenía una charla tranquila con Isabella.
Ruedo los ojos mirando al suelo.
—Bueno, ya me tengo que ir —dice Grace antes de darle un beso asquerosa a Lucas delante de mi y mirándome a los ojos descaradamente sin saber que lo único que me acusa esta escena es asco—. Nos vemos mañana, baby.
Se va chocando mi su hombro con el mío, haciéndome tambalear un poco.
—¿Nos vamos?
—¿Eh? —frunzo el ceño pero luego recuerdo que habíamos acordado que me llevaría a casa—. Ah, si, si. Vámonos.
Él camina hacia su coche y yo lo sigo. Pienso que me va a abrir la puerta del coche pero no lo hace, simplemente se sube al asiento del piloto, yo subo al asiento del copiloto y el olor a limpio me golpea y me hace caer en cuenta que estoy en el coche más lujoso y caro del instituto y que además, jamás me había subido ni en esté ni en ningún carro de esta magnitud.
Es muy moderno, limpio, no hay ni un ápice de suciedad, me pongo el cinturón cuando Lucas arranca.
—Sabes donde vivo, ¿verdad?
—Sí.
Lucas da la vuelta al volante con la palma de la mano y aquello se me ha hecho atractivo, lamentablemente. Miro por la ventanilla ignorado un poco el hecho de que estoy en un lugar demasiado pequeño y cerrado con el hombre que más odio en el mundo.
Lucas maneja demasiado rápido para mi gusto, así que constantemente me agarro del cinturón como si eso fuera a salvarme la vida.
El silencio tenso llena el espacio entre nosotros mientras Lucas conduce hacia mi casa. A pesar de mi desagrado hacia él, no puedo evitar notar lo atractivo que se ve al tomar el volante con confianza.
A medida que avanzamos por las calles, el olor a limpio del coche me envuelve, recordándome que estoy en un vehículo de lujo que nunca antes había experimentado.
Finalmente, llegamos a mi casa y Lucas detiene el coche frente a la entrada. Me siento aliviada de poder salir de este espacio confinado, pero al mismo tiempo, una parte de mí se pregunta cuánto más tendré que soportar esta tensión entre nosotros.
Sin decir una palabra más, desabrocho el cinturón de seguridad y abro la puerta del coche. Antes de salir, me giro hacia Lucas y le dirijo una mirada fría.
—Gracias —murmuro, sin poder evitar que mi tono suene más áspero de lo que pretendía.
Él asiente en silencio, y con eso, me alejo del coche y entro a mi casa, dejando atrás el aroma a limpio y el recuerdo de un trayecto incómodo con el hombre que tanto detesto.
Cuando entro a casa el olor a lasaña invade mis fosas nasales causándome una sensación placentera. Cuando me adentro más la sonrisa que tenía en mis labios se desvanece al ver a esa mujer cocinando en la cocina de mi casa, donde hace años a la que encontraba cocinando cada ves que llegaba del instituto era a mi madre.
Ella me ve, puedo notar que se tensa, creo que se siente incluso incómoda, forma una pequeña sonrisa tímida con los labios, pero no se la devuelvo, no porque no quiera, más bien porque aún no me he acostumbrado, y esto ya es un paso demasiado grande.
Felipe llega a la cocina con una sonrisa en los labios mientras pone unos quesos en la mesa, de mis favoritos por cierto, él sabe cuánto me encantan esos quesos, cuando me mira su sonrisa se desvanece un poco y me mira como si quiera llegar a saber mis pensamientos, lo que siento justo ahora y hasta con qué rapidez late mi corazón...
—Hola, hija —musita mi padre con una pequeña sonrisa en los labios intentando darme una bienvenida cálida—. Estamos cocinando, no le falta mucho, creo que unos...
—Hola, Jessica —interrumpo las palabras de mi padre, mi rostro es neutral, ni siquiera le sonrío. Pero quiero ver la reacción de ella al saludarla por primera vez a tan siquiera mirarla a los ojos más de un minuto.
Ella abre los ojos más de lo normal, mira a mi padre un segundo y luego sus ojos vuelven a los míos, sigue tensa y nerviosa.
—Hola, Isabella. ¿Cómo estás?
—Bien, ¿usted? —respondo tratando de mantener mi compostura.
—Me alegro de que estés bien, yo igual estoy bien...
Asiento y esbozo una pequeña sonrisa antes de dirigirme hacia las escaleras y subir hacia mi habitación. Escucho pasos detrás de mi, me volteo viendo a mi padre, tiene las cejas medio fruncidas y una mirada de cachorrillo preocupado.
—¿Está todo bien, Isabella?
—Todo está bien, papá —digo con la voz suave y baja.
Él se adentra a mi habitación, cierra a sus espaldas y se acerca hacia mi con lentitud, mientras que en sus labios se forma una pequeña sonrisa...
—¿Está todo bien, papá? —Le devuelvo la pregunta porque se está comportando algo extraño.
—Pues, es que te tengo una sorpresa —susurra con esa mirada traviesa que tanto me divierte.
Una sonrisa se forma en mi rostro y lo miro con curiosidad.
—¿De qué se trata? —pregunto tirando mi mochila a un lado de la cama.
—Cierra los ojos, ¿vale?
Ya empezaba a darme demasiada curiosidad e intriga, así que sin protestar cerré los ojos rápidamente, ansiosa por saber cuál es la maravillosa sorpresa. Escucho pasos y una pequeña risa de parte de mi padre.
—Ábrelos.
Y cuando los abro, me quedo sin aliento, mi cuerpo se congela, mis manos se sienten frías y mi corazón no para de latir a toda velocidad...
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Petals Of Hate (Petals #1)
RomanceIsabella guarda silencio sobre la pérdida de su madre desde que falleció, hace cuatro años, y posteriormente, su hermano Noah se fue de casa sin decir nada. A pesar de su tristeza oculta, Isabella irradia alegría y felicidad, especialmente cuando es...