Petals Of Hate (Petals #1)

Capítulo 21

LUCAS

Me levanto de mi asiento cuando veo a Felipe y a Noah llegar hacia mi con la respiración agitada y el rostro sumergido en una preocupación intensa.

—¿Que ha pasado, Lucas? —Me pregunta Noah con la voz entrecortada.

—No sé exactamente lo que ha pasado. Había llamado a Isabella para avisarle que ya tenemos nuestras calificaciones y entonces la escuché llorar, pidiendo ayuda, diciendo que la habían herido y que le dolía... —Los rostros de la familia de Isabella hacen que mi parte verdaderamente humana se sienta terrible—. Pudo decirme que cerca de ese callejón donde estaba ella había una cafetería y no lo pensé dos veces para ir hacia allí. La vi ahí, tirada en el suelo, con el muslo derecho ensangrentado, prácticamente ella estaba sumergida entre su sangre —carraspeo sintiendo como un nudo se me empieza a instalar en la garganta—. Ya estaba inconsciente cuando llegué, apreté su herida con una media para detener un poco el sangrado y que no se desangre por completo, luego llame a servicios de emergencias...

Felipe parece apunto de tener un infarto, soltando un suspiro largo se sienta en una silla y Noah lo acompaña.

—Mi niña... —musita Felipe soltando un leve sollozo cuando varias lágrimas salen de sus ojos. Aprieto mis manos en puños sintiendo más rabia de la que debería.

—Escúchenme. —Les digo y me miran con atención—. Esto no se quedará así, ¿de acuerdo? Encontrare al imbecil que le hizo esto a Isabella. Lo juro.

Felipe se levanta y me da un abrazo, cuando escucho un suspiro saliendo de su nariz.

—Gracias, Lucas. De verdad —dice luego de separarse de mi.

—No tiene que agradecer. —Le doy una pequeña sonrisa que no llega a mis ojos—. Voy a por café, ¿van a querer?

Ambos asienten.

—Con leche y mucha azúcar —dice Noah.

—Normal con poca azúcar —dice Felipe.

Asiento y me dirijo hacia donde tienen los cafés en el hospital, preparo el mío negro con poca azúcar, y les llevo el de ellos. Ellos agarran sus cafés y empiezan a tomárselo mientras yo hago lo mismo sintiendo el satisfactorio líquido del café tibio.

Agarro mi celular y llamo a Julián, no responde. Me dispongo a llamar a Sam. Ella responde de inmediato.

—Hola, idiota.

—Gran forma de saludar, Samantha.

—Ya dime qué quieres.

—¿Estás con Julián?

—Acaba de entrar al baño, ¿por?

—Isabella sufrió un atentando, estoy en el hospital con Felipe y Noah.

Un momento largo de silencio.

—¿Cuál hospital? —su voz se escucha entrecortada y baja.

—Silver Boulder Hospital.

Sin decir nada más, Sam cuelga. Me guardo el celular en un bolsillo yendo a sentarme al lado de Felipe, acompañándolos en esta maldita incertidumbre... Y la rabia aún me consume.

Cuando sale un enfermero de la sala donde se encuentra Isabella nos levantamos de inmediato.

—¿Son los familiares de la chica?

—Soy su padre —dice Felipe con la voz entrecortada.

—La joven ha perdido mucha sangre, pudimos detener el sangrado y empezar a curarla. Pero necesitamos uno o dos donantes de sangre para que la joven pueda salvarse... Necesitamos a alguien con B positivo.