LUCAS
El sol brilla intensamente cuando llego al hospital para ver a mi abuela. Las noticias eran alentadoras: los médicos le dieron el alta y podríamos llevarla de vuelta a casa. Sin embargo, no pude evitar sentir una punzada de preocupación mientras la regañaba suavemente por olvidar sus pastillas.
—Abuela, debes ser más cuidadosa. No podemos permitir que esto vuelva a suceder —le digo con firmeza, aunque en el fondo sé que es una batalla constante.
Ella asiente con una sonrisa y promete ser más responsable. Agradecemos a los médicos y nos dirigimos de vuelta a la mansión.
Una vez en casa, mi teléfono comienza a vibrar con mensajes del grupo de chat de nuestros amigos. Todos están emocionados por la fiesta de graduación que se acerca, cosa que había olvidado completamente.
Ellos expresan sus nervios y emociones abiertamente en el chat, hablando de sus vestidos y trajes, la música que esperan escuchar y las sorpresas que tienen planeadas. Es reconfortante ver cómo se apoyan mutuamente y comparten la emoción del momento.
No puedo evitar sentir la misma emoción y nerviosismo, aunque prefiero mantenerlo oculto detrás de mi máscara de seriedad. Cada mensaje que recibo me recuerda la importancia de este evento en nuestras vidas, el final de una etapa y el comienzo de nuevas aventuras.
La noche cae sobre la mansión mientras estoy con mi familia cenando, compartiéndome por fin los detalles de la enfermedad de mi abuela, que no está muy grave y va llevando muy bien la condición y eso me alivia.
Luego de cenar, me encuentro en mi habitación, mirando mi teléfono con indecisión. ¿Debería llamar a Isabella? Empiezo a sentir un cosquilleo en mis estomago algo molesto, recordando nuestro beso, las interacciones de ayer, joder. Finalmente, decido tomar el riesgo y llamarla.
—Hola, Isabella —saludo, manteniendo mi tono serio y frío habitual.
—Lucas, ¿qué pasa? —responde Isabella, notando la tensión en mi voz.
—Solo quería asegurarme de que estés bien. Me imagino que deberías de sentirte cansada. —comento, intentando ocultar la preocupación en mis palabras.
—Estoy bien, Lucas. Gracias por preguntar. ¿Tú estás bien? —pregunta ella, mostrando una preocupación genuina.
—Sí, estoy bien —respondo
La conversación comienza a fluir de manera más relajada, dejando de lado la hostilidad habitual entre nosotros.
—¿Alguna vez te has preguntado cómo sería nuestra relación si las cosas hubieran sido diferentes desde el principio? —pregunta Isabella, introduciendo un tema profundo.
—Es difícil imaginarlo. Pero supongo que nuestras vidas habrían sido menos complicadas —respondo, reflexionando sobre las oportunidades perdidas.
Me acuesto en la cama mirando el techo mientras escucho a Isabella soltar un suspiro.
—Bueno, al menos ahora estamos aquí, teniendo esta conversación que no hubiéramos imaginado hace unos meses atrás —dice Isabella con una risita.
—Sí, es un cambio bastante drástico. Supongo que hasta los enemigos pueden convertirse en amigos, ¿no? —respondo con un tono irónico, pero con una sonrisa genuina.
—No me jodas, Lucas. Seamos sinceros, tú y yo no somos amigos. Nos besamos... Y los amigos no se besan o por lo menos no nosotros —dice Isabella a través de la llamada, dejándome atónito. Tiene razón.
Siento un breve momento de tensión mientras procesamos sus palabras.
—Lo sé, Isabella. Ha sido confuso para ambos —respondo, tratando de mantener la calma.
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Petals Of Hate (Petals #1)
RomanceIsabella guarda silencio sobre la pérdida de su madre desde que falleció, hace cuatro años, y posteriormente, su hermano Noah se fue de casa sin decir nada. A pesar de su tristeza oculta, Isabella irradia alegría y felicidad, especialmente cuando es...