En estos tiempos de guerra, donde abunda la traición, el miedo y la duda, debes guiarte en la fuerza y solo en la fuerza. Es lo que aprendió para sobrevivir
La galaxia. . ; En aquellos profundos confines de la vasta espiral cósmica compuesta por Miles de billones de estrellas danzantes en un ciclo sinfónico de luz, se encuentra un mundo cuyas hazañas bélicas han quedado grabadas en las crónicas del tiempo. . .
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Aquel mundo, enclavado en el sistema Mandalore, es conocido como Mandalor, el hogar ancestral de un pueblo fiero y orgulloso; los Mandalorianos. Desde tiempos inmemoriales, Mandalor ha sido el crisol de la guerra y el honor, una cuna donde la habilidad marcial se forjó en el fragor del combate. Sus vastas llanuras áridas y picos escarpados son testigos mudos de las gestas heroicas que han esculpido la identidad de este mundo guerrero.
En los anales de la historia galáctica, Mandalor ha brillado como un faro de resistencia contra la influencia de los Jedi, aquellos guardianes de la paz y la justicia en la galaxia. Con una destreza sin igual en el arte del combate, los Mandalorianos se alzaron como una fuerza imponente que desafió incluso a los más venerados maestros de la ancestral orden de adeptos del lado luminoso de la fuerza.
Sus bravos guerreros, vestidos con armaduras resplandecientes adornadas con los colores de sus clanes, eran temidos en todos los rincones de la galaxia. Las leyendas hablan de las grandes batallas donde los cielos se encendían con el resplandor de los sables de luz chocando contra la dura ferreza del beskar, el metal sagrado de los Mandalorianos.
Pero más allá de su habilidad en la guerra, de su bastó historial conflictivo, Mandalor es un mundo de tradiciones arraigadas en una cultura rica y diversa. Sus ciudades fortificadas yacen como un testimonio de la tenacidad de su gente, mientras que sus campos de entrenamiento son venerados como lugares de aprendizaje y disciplina. . . Oh eso solían ser.
Aunque los tiempos de gloria pasada pueden haber quedado atrás, el espíritu indomable de su pueblo sigue ardiendo con la misma intensidad que las llamas de sus forjas. En los corazones de los Mandalorianos, el legado cómo guerreros perdura como un recordatorio eterno de su valentía y determinación. Al menos, es, lo que los últimos remanentes de sus clanes habían predicado en los actuales tiempos en que se ven envueltos.
Pues mucho a pasado ya desde que la gloria bélica de Mandalor brillo por última vez desde los días de la antigua república, y sus ejércitos, ya ni siquiera son una sombra del temible ejército que se atrevió a encarar y derramar la sangre de los jedí y Sith. Una cadena de eventos trágicos los había arrastrado a una serie de desgracia tras desgracia sellada con el último golpe que acabó con la vida de su última gran esperanza por resurgir. Mandalore Ultimate, a manos de Darth revan el renegado.
Ahora miles de años después, lo que restaba de lo que antaño había sido el poderoso y orgulloso pueblo Mandaloreano se encontraba en un intento de reformación pacifista encabezado por la duquesa satiné kride y sus seguidores, pacifismo, palabras que significaban un escupitajo a las ancestrales tradiciones forjadas en el fuego de la guerra. Algo que resultaba por completo inconcebible en la mente de los más tradicionalistas y radicales, tal pensamiento manso y decadente no podía existir, no debia extenderse hacia las masas.
