El héroe separatista

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Coruscant, el brillante corazón de la República, con sus torres que se alzaban hacia el cielo y su bulliciosa actividad que nunca se detenía, era un símbolo de poder y estabilidad en la galaxia

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Coruscant, el brillante corazón de la República, con sus torres que se alzaban hacia el cielo y su bulliciosa actividad que nunca se detenía, era un símbolo de poder y estabilidad en la galaxia. Un planeta que había permanecido sin invasión durante mil años, su defensa encomendada a los venerables Jedi, cuyo templo irradiaban paz y seguridad. Sin embargo, ahora se encontraba al borde del desastre, enfrentando uno de los momentos más oscuros de su historia.

La bestia Zilo, una criatura colosal, liberada de sus ataduras, se desplazaba con furia descontrolada por las calles del centro de la ciudad. Sus pasos retumbaban como truenos, cada movimiento haciendo temblar los cimientos de la capital. Edificios que habían resistido las pruebas del tiempo se desplomaban bajo su inmenso poder, sus fachadas brillantes ahora reducidas a polvo y escombros. A su paso, el caos se desataba, las estructuras emblemáticas de la ciudad comenzaban a caer, una tras otra, como si fueran hechas de papel.

En medio de esta catástrofe, se encontraba una figura solitaria, erguida sobre el lomo del monstruo. Naruto, el Mand'alor, guiaba a la bestia con una destreza sorprendente, su semblante severo mientras se concentraba en evitar la masacre que se avecinaba. Con un gesto de su mano, ejercía su control sobre la Fuerza, manipulando el entorno con precisión. Fragmentos de edificios, vehículos y otros objetos volaban por los aires, apartándose del camino de la criatura, mientras Naruto trabajaba incansablemente para asegurar que los civiles que aún se encontraban en su trayectoria no se convirtieran en víctimas.

Cada vez que un grupo de ciudadanos caía en la ruta destructiva de la bestia, Naruto intervenía, elevándolos a lugares seguros o alejándolos con suavidad del peligro inminente. A lo lejos, el resplandor del sol que apenas se filtraba a través de los altos edificios era bloqueado por naves y cazas que intentaban sin éxito detener a la criatura. Los rayos láser impactaban sobre la gruesa piel de la bestia Zilo, sin conseguir  daño alguno, pero Naruto se mantenía firme, ignorando las explosiones y las ráfagas de luz que destellaban a su alrededor.

Nt; Vine a salvarte, no a causar una masacre...

murmuró, sus palabras un juramento silencioso tanto para sí mismo como para la criatura que ahora se volvía su aliada.

Mientras la bestia avanzaba, su furia parecía disminuir bajo la influencia del Mand'alor. Los rugidos se hacían menos frecuentes, su marcha más controlada. Naruto guiaba a la Zilo hacia una zona más despejada, donde los edificios eran menos densos, intentando minimizar la destrucción. La criatura, aunque aún iracunda, comenzaba a responder a las órdenes de su jinete, desviándose ligeramente de las áreas más pobladas.

 La criatura, aunque aún iracunda, comenzaba a responder a las órdenes de su jinete, desviándose ligeramente de las áreas más pobladas

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Naruto,El Héroe SeparatistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora