masacre en geonocis

785 91 63
                                    


¡Desastre!

—Superada por la flota enemiga dirigida por la general Sev'rance en la órbita del planeta, la maestra Luminara Unduli y su Padawan Barriss Offee, liderando lo que queda de sus mermadas tropas, se ven obligadas a escapar hacia Geonosis en cápsulas de escape. En un desesperado intento por reorganizarse y encontrar cualquier señal que las guíe hacia los demás maestros y hacia la victoria. . .—

El descenso final hasta la superficie del mundo desértico había resultado ser tan turbulento como caótico al verse vulnerables frente al despliegue de mayores escuadrónes de droides caza, encargados de interpretar las cápsulas y destruir la mayor concentración antes de conseguir llegar a tierra.

El esperado aterrizaje seguro libre del alcance de las cañoneras de la flota enemiga se tercería, dando paso al desgraciado lamento de la imponente general, cuya vista se ensombrecia con cada cápsula llena de soldados y heridos convertida en escombros ardientes ante el despliegue de los inmisericordes disparos de los cientos droides buitres que aún sobrevolaban en busca de más víctimas fáciles.

Cientos de soldados serían consumidos por el impacto de los misiles ingnios antes de conseguir el tan esperado aterrizaje, y muchos más caerían presa de la lluvia de disparos laser que los seguiría bombardeando desde el aire a gran velocidad.

Atendiendo a la severidad de la situación Luminara apoyada por su fiel  padawan, se apresuraron a la vanguardia afectada de sus regimientos que continuaban siendo acosados por el fuego enemigo, valiéndose de sus poderes en la fuerza para conseguir elevar los restos chamuscados que abundaban en sus  alrededores, consiguiendo formar una improvisada barrera defensiva en conjunto a las rocas dispersas que permitieron a los clones conseguir la oportunidad de devolver el favor, disparando encarecidamente con mayor precisión.

Por minutos agobiantes, la lucha contra las mordaces naves droide se mantendría acumulando el número de heridos en tierra, aún con la notable cantidad de buitres derribados, muchos de los droides aéreos harían gala de un última embestida suicida al ser derribado por los blaster de los clones, detonando al solo instante de impactar contra el suelo o contra la barrera formada por ambas jedis, desatando la onda expansiva que libero la metralla escondida bañada en espeso líquido inflamable que se encargaron de redoblar el número de bajas cocinando vivos a escuadrónes enteros. Para el momento en que la totalidad de los cazas droide fueron por completo derribados, más de la mitad de los efectivos clon que habían conseguido evacuar los cruceros en el ataque inicial  se habían unido al descanso eterno con el resto de los fallecidos.

Ya no quedaban remanentes de naves droide a qué disparar y derribar, ningún signo de fuerzas droides que marcharan por tierro atraídos por las incontables señales involuntarias de luz a consecuencias del fuego láser desplegado. Ningún otro enemigo con el cual combatir, todo había regresado a la calma sepulcral salvó por la brisa del viento y los alaridos poco contenidos de la cantidad redoblada de heridos esparcidos entre las arenas.

Luminara; ¿Reporte de la situación?

Su pregunta dirigida a cualquiera que le pudiera dar la respuesta que buscaba no la encontraría hasta por una hora transcurrida tras el último encuentro con el enemigo. Tiempo requerido para contar y confirmar el nuevo número restante de efectivos clon aún capaces de empuñar un arma y usarla debidamente.

Barriss; Maestra, temo que... solo restan mil de nuestras tropas.

Gree; Peor aún, general. No tenemos municiones ni equipo médico de respaldo. Y como lo dijo la comandante Barriss, contamos con menos de la mitad de nuestras fuerzas. Muchos de nuestros heridos más críticos no lo lograrán...

Naruto,El Héroe SeparatistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora