voces de Mortis parte I

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El sol pálido de Yavin VI bañaba el valle florido con una luz suave y fría, donde la fragancia de las flores silvestres flotaba en el aire, contrastando con la tristeza que pesaba sobre los corazones presentes. Naruto, el Mand'alor, se encontraba en el centro de la escena, vestido con su imponente armadura anaranjada, símbolo de su liderazgo y su herencia mandaloreana. El viento susurraba a través de los árboles cercanos, acariciando su capa como si las mismas fuerzas de la naturaleza quisieran consolarlo.

En sus manos, sostenía la urna que contenía las cenizas de Bys Dal, su fiel compañera y que le había brindado dichas y alegría en medio del fuego de la guerra. Ahora, todo lo que quedaba de ella descansaba en ese pequeño recipiente, listo para ser liberado en el tranquilo valle. Con un paso firme, se acercó al borde de una colina que miraba hacia la tumba de Sev'rance, su primera amada. Los dos descansaban ahora en el mismo lugar, unidas no solo por el destino, sino por el dolor compartido en la vida del Mand'alor.

Su guardia de honor, con Bo-Katan a la cabeza y Reinhardtz al otro extremo, formaba un círculo perfecto a su alrededor. Cada uno de ellos, con sus armaduras pulidas y cascos adornados con los emblemas de sus clanes, mantenía una postura rígida, pero en sus ojos brillaba el respeto y la tristeza por la pérdida de su reina. El silencio era absoluto, roto únicamente por el suave crujir de las hojas bajo los pies de Naruto y el eco distante de algún animal que deambulaba por el valle. A pesar de su conocida dureza, Bo-Katan miraba al horizonte con los labios apretados, como si luchara por contener las emociones que amenazaban con desbordarse.

Naruto se detuvo al llegar al lugar exacto. Miró la urna por un momento, su semblante grave y concentrado. Bys Dal había sido más que su compañera, había sido una luz en su camino, una consejera leal y de amor incondicional. Con un movimiento solemne, abrió la urna y dejó que las cenizas fueran arrastradas por el viento que soplaba desde el sur. Las partículas grises danzaron en el aire, mezclándose con los pétalos de las flores que también flotaban en la corriente.

—Que te unas a la fuerza, y que descanses en paz, amor mío, hasta que nos volvamos a encontrar...— murmuró, casi en un susurro. Su voz, profunda y serena, resonaba en el alma de quienes lo acompañaban, sintiendo el peso de la despedida.

Las cenizas se desvanecieron entre las flores, cubriendo la tumba de Sev'rance, como si ambas almas ahora estuvieran conectadas de alguna forma en la eternidad. Naruto inclinó la cabeza, una señal de respeto que pocos habían visto en él antes. Reservado para las dos mujeres que habían marcado su vida, cada una a su manera.

Al fondo, Bo-Katan intercambió una mirada solemne con Reinhardtz, sabiendo que el Mand'alor cargaba ahora con el peso de estas pérdidas. Aun así, el silencio permanecía inquebrantable, pues este momento pertenecía solo a Naruto y a su dolor. La guardia permaneció inmóvil, con las manos sobre las empuñaduras de sus armas, honrando el último deseo de su reina, la cual había dejado un legado que ellos juraban defender con sus vidas.

El viento se calmó, y el silencio se hizo aún más pesado, como si todo en el ecosistema hiciera una pausa para respetar el dolor de los presentes. Sin embargo, Naruto no derramó lágrimas. El Mand'alor no mostraba debilidad, pero en su interior, la carga de la pérdida se sentía como un golpe más profundo que cualquier herida de batalla.

Veintiun disparos fueron percutidos al aire al unisono ante la señal dirigida a la primera escuadra formada por los guerreros mandalorianos, rompiendo el silencio en un coro solemne que resonó en el valle. Era el último tributo, la promesa de honor que juraban mantener en la memoria de su reina.

Naruto dio un paso atrás, dejando que el viento se llevara las últimas cenizas hacia el horizonte. Luego, con un último vistazo a las tumbas de Bys Dal y Sev'rance, ajustó su casco, cerrando el capítulo de su dolor en silencio, mientras la guardia de honor lo escoltaba de regreso hacia la nave, listos para lo que el futuro pudiera deparar.

Naruto,El Héroe SeparatistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora