¿dos elegidos?

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Se encontraba envuelto en el húmedo y denso terreno pantanoso de Dagobah, siguiendo las instrucciones del espíritu de Qui-Gon Jinn.

Se encontraba envuelto en el húmedo y denso terreno pantanoso de Dagobah, siguiendo las instrucciones del espíritu de Qui-Gon Jinn

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El aire era pesado, cargado de humedad y una opresiva sensación de inquietud. A lo lejos, a través de la neblina y la vegetación enmarañada, se perfilaba la entrada de la Cueva de la Oscuridad. Un lugar donde la Fuerza se concentraba de manera inusual, un nudo de energía oscura y temible.

 Un lugar donde la Fuerza se concentraba de manera inusual, un nudo de energía oscura y temible

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"Este es tu próximo desafío, Naruto.  Debes ingresar en ella, no temas lo que encuentres, confía en tus instintos, sabrás que hacer"

Nt: que encontraré ahí dentro, ¿maestro Qui-gon?

"Todo lo que lleves contigo..."

Avanzó entonces, sus pasos resonando sordamente en el suelo fangoso. La entrada de la cueva era oscura, una boca negra que parecía absorber toda la luz a su alrededor. Al cruzar el umbral, un escalofrío recorrió su espalda. El interior de la cueva estaba bañado en una penumbra apenas rota por débiles resplandores de luz natural que se filtraban entre las grietas del techo rocoso.

Con cada paso que daba, sentía la presencia opresiva de la Fuerza oscura. De repente, una visión apareció ante él; la más terrible de los escenarios, frente a sus pies un campo de batalla devastado, montañas de los cuerpos de sus camaradas y amigos entre quienes habían figuras que no reconoció yacían en el suelo, inmóviles. El aire estaba cargado de hedor a la muerte y al fuego.

Nt: ¡No! Esto. . . ¡ésto no puede ser real!

De entre los cuerpos se alzó una figura familiar; Jango Fett, su mentor, con el casco destrozado y una expresión de dolor eterno en su rostro.

"Me fallaste, Naruto. ¡Deberías haber sido más fuerte!"

Nt: Maestro...Hice todo lo que pude... Lo siento

La visión cambió bruscamente. Ahora estaba en su vieja ciudad natal en Mandalor, pero la ciudad estaba en llamas. Los edificios se derrumbaban a sus alrededores y la gente gritaba con completo terror. Desde lo alto, observaba al Canciller Palpatine, riéndo maliciosamente ante la devastación caía sobre cada alma del pueblo mandaloriano.

Naruto,El Héroe SeparatistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora