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Oscar Piastri

El sonido del motor rugía en mis oídos mientras cruzaba la línea de meta en Imola. Era un momento que conocía demasiado bien: la sensación embriagadora de la victoria. La radio estalló con la efusiva celebración del equipo Red Bull.

-¡Sí! ¡Increíble, Oscar! ¡Eres imparable!-gritó por el radio mi ingeniero jefe, Tony.

Sonreí para mí mismo bajo el casco, saboreando la dulce victoria. Cinco victorias consecutivas en esta temporada, y ahora, estaba en camino hacia mi cuarto campeonato mundial. La adrenalina aún latía fuerte en mis venas, pero mi mente ya estaba calculando los puntos y las posiciones en el campeonato.

-Gracias, equipo.-respondí con mi tono habitualmente calmado pero lleno de satisfacción.-El auto se siente genial. Vamos por más.

Al bajar del auto y subir a la balanza, mi mente se remontaba a los momentos clave de la carrera. Cada adelantamiento, cada curva dominada, era una demostración de mi habilidad y dominio en la pista. No era arrogancia, era confianza. Sabía que nadie podía igualar mi ritmo, mi determinación.

Al llegar al podio y escuchar el estruendoso aplauso de los aficionados, una mezcla de orgullo y satisfacción llenó mi ser. No había nada como estar en la cima del mundo, sabiendo que eras el mejor en lo que hacías. A mi lado estaba Alex, mi escudero y quien se había convertido en mi mejor amigo. En el tercer escalón, Pato, quien había tomado mi puesto cuando vine a Red Bull, celebraba con McLaren.

Después de las entrevistas y las fotos, finalmente tuve un momento para mí mismo en el motorhome del equipo. Me quité el casco y miré mi reflejo en el espejo. Mi rostro estaba cubierto de sudor y suciedad, pero mis ojos brillaban con una determinación fría.

Esta temporada iba según lo planeado. Nada ni nadie me detendría en mi búsqueda de la grandeza. Pero incluso en medio del éxito, una pequeña voz en mi mente me recordó que cada victoria tenía un costo.

-Vale la pena".-murmuré para mí mismo, recordando por qué había empezado esta carrera en primer lugar.

Con esa certeza, me recosté en el sofá del motorhome, cerrando los ojos por un momento. Teníamos trabajo por delante, pero por ahora, me permití saborear la dulce victoria, consciente de que cada triunfo era un paso más hacia la inmortalidad en la pista.

-Oscar, es momento de la entrevista.-anunció Sunhee desde afuera.

Rodé los ojos. La entrevista con DAZN estaba programada justo después de la carrera. Mientras me dirigía hacia la carpa designada, me preparé mentalmente para otro trámite que acompañaba mi éxito en la pista. Las entrevistas nunca fueron mi parte favorita del trabajo, pero era parte del juego.

El periodista me saludó con entusiasmo, pero su sonrisa vaciló un poco cuando me acerqué, aún con mi expresión serena y mi voz calmada.

-¡Oscar, felicidades por otra victoria impresionante! Cinco seguidas, ¡increíble!-dijo, tratando de infundir algo de emoción en la conversación.

-Gracias.-respondí sin demasiado entusiasmo. Tomé asiento frente al micrófono, mi postura relajada pero lista para las preguntas.

-¿Cómo te sientes después de esta increíble racha de victorias? ¿Crees que ya tienes asegurado el campeonato de este año?-preguntó tratando de sonar optimista.

-No me siento diferente a como me sentía antes.-respondí directamente.-Cada carrera es un nuevo desafío, y mi objetivo sigue siendo el mismo: ganar el campeonato.

El periodista parecía un poco desconcertado por mi falta de entusiasmo.

-Hablemos de la carrera de hoy.-intentó cambiar el tono.-¿Hubo algún momento de tensión para ti?

◇ About You ◇ Oscar Piastri ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora