◇ VIII ◇

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Oscar Piastri

Estaba terminando mi desayuno en la cocina cuando Harper entró, lista para su evento promocional. La sala de estar se había transformado en un bullicio de actividad, con un equipo de estilistas y maquilladores trabajando con diligencia en ella. Me limité a saludarla con un gesto mientras se despedía rápidamente, consciente de que no quería interrumpir su preparación.

-Buena suerte en tu evento. Nos vemos esta noche.-sonreí.

Harper asintió con una sonrisa rápida antes de desaparecer nuevamente entre el frenesí de la actividad cosmética. Observándola mientras se alejaba, me sentí distante, como si nuestros mundos estuvieran separados por una cortina invisible. Harper estaba inmersa en su carrera de modelaje, rodeada de glamour y luces brillantes, mientras que yo me preparaba para sumergirme en el mundo virtual del simulador de carreras.

Una sensación de melancolía se apoderó de mí mientras recogía mi plato del desayuno. ¿Cuándo fue la última vez que realmente compartimos un momento juntos, sin distracciones ni compromisos profesionales? Las exigencias de nuestras carreras parecían mantenernos siempre ocupados, y me pregunté si algún día encontraríamos el tiempo para reconectar de verdad.

Me dirigí hacia la puerta, listo para irme a la fábrica y sumergirme en horas de simulador. Aunque era mi deber prepararme para la próxima temporada de carreras, sentía una punzada de soledad al enfrentar otro día en el que nuestras agendas divergentes nos separaban una vez más. Sin embargo, me resigné a mi destino y me armé con la determinación de enfocarme en lo que mejor sabía hacer: conducir y ganar.

Después de un corto viaje, llegué a Milton Keynes. La imponente estructura de vidrio y acero se alzaba ante mí, un símbolo del poderío y la excelencia de nuestro equipo. Al entrar por las puertas de cristal, fui recibido por el familiar zumbido de actividad que siempre llenaba los pasillos de la fábrica. El bullicio de la gente, el sonido de las máquinas y el olor a metal y aceite llenaban el aire, creando una atmósfera vibrante y llena de energía.

A medida que avanzaba por los pasillos, cada persona con la que me cruzaba me saludaba con una sonrisa y un gesto de respeto. Me sentía como en casa, como si este fuera mi lugar, donde pertenecía.

Los mecánicos trabajaban diligentemente en los autos, los ingenieros discutían sobre los últimos avances tecnológicos y los miembros del equipo se movían con determinación y dedicación. A medida que avanzaba por los pasillos familiares, me inundaba un sentido de orgullo y satisfacción. Sabía que formaba parte de algo más grande que yo mismo, parte de un equipo que estaba en la cima de su juego y que continuaba empujando los límites de lo posible.

Al llegar a los simuladores, encontré a Alex tomando notas. Cada que terminaba una sesión, se encargaba de enviar por escrito todo lo que se podía mejorar, práctica que yo también había adoptado en el último año y nos estaba ayudando a que la puesta a punta del monoplaza se consiguiese más fácil en cada carrera.

-¡Albono! Viniste temprano hoy.-saludé acercándome.

-Hey, Oscar.-sonrió levantando su mirada del papel.-¿Cómo estas, hombre?

-Estoy bien. ¿Qué tal tú?

-Tomando notas antes de que se me olviden todas las mejoras.-ambos reímos.

-¿Qué impresiones tienes de las últimas mejoras en la suspensión delantera? He estado sintiendo una mejor respuesta en las curvas lentas.-cuestioné curioso.

-Sí, definitivamente. La modificación en la geometría ha mejorado la estabilidad en las curvas cerradas, pero creo que aún podemos ajustar el balance para maximizar el rendimiento en la entrada y la salida.-sugirió mientras escribía.

◇ About You ◇ Oscar Piastri ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora