◇ XXXVII ◇

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La mañana de la fiesta de Evie comenzó con un sinfín de actividad y nervios. Me levanté antes del amanecer, revisando mentalmente la lista interminable de tareas que aún tenía por hacer. Los preparativos para la fiesta habían sido agotadores, pero hoy era el gran día, y quería asegurarme de que todo fuera perfecto para mi pequeña princesa. La temática de Enredados había sido su elección, y quería que cada detalle reflejara su amor por esa historia mágica.

El salón principal de la casa estaba decorado con largos trenzados de papel dorado, simulando el cabello de Rapunzel, colgando del techo y enredándose alrededor de las columnas. En una esquina, había una torre de cartón pintada a mano, lista para ser el telón de fondo de las fotos. La mesa principal estaba cubierta con un mantel violeta y dorado, y sobre ella se alineaban platos y tazas con los rostros sonrientes de Rapunzel, Flynn y Pascal. Las flores frescas, principalmente lilas y margaritas, estaban esparcidas por todas partes, llenando el aire con un aroma dulce y suave. Corrí de un lado a otro, ajustando las decoraciones, inflando globos adicionales y asegurándome de que el pastel estuviera en su lugar.

Los juegos y actividades estaban listos para mantener a los pequeños invitados entretenidos. Había preparado un rincón especial con lienzos y pinturas para que los niños pudieran crear sus propias obras de arte, inspirados por el talento de Rapunzel. Mientras revisaba cada detalle, escuchaba las risas y el bullicio de Evie y sus amigos que ya habían llegado, sus caritas iluminadas por la emoción.

La comida estaba organizada en una mesa aparte: bocadillos en forma de flores, sandwiches con forma de sol, y una fuente de chocolate con frutas para sumergir. Manuele y Thaís me ayudaban a mantener todo bajo control, pero mi mente seguía corriendo, asegurándome de que no faltara nada. Cada vez que revisaba mi reloj, el tiempo parecía haberse acelerado, y los invitados llegarían en cualquier momento.

Justo cuando todo comenzaba a tomar forma y los detalles finales estaban casi completos, sentí el vibrar de mi móvil en el bolsillo. Al ver que era Oscar, respiré profundo, anticipando cualquier eventualidad que pudiera surgir.

-¿Oscar?

-Hey Callie.-saludó.-Estoy teniendo problemas con el auto. Llevo cinco minutos intentando arrancarlo y nada. Voy a tomar un taxi, pero quería avisarte que llegaré unos minutos tarde.

Rodé los ojos, sintiendo una mezcla de frustración y preocupación. Justo en ese momento, Thaís apareció bajando las escaleras con Evie de la mano. La pequeña llevaba su vestido morado inspirado en Rapunzel, su cabello dorado suelto y largo, y un poco de gloss que Thaís había puesto en sus labios. Me quedé sin palabras por un momento al ver a mi hija, tan hermosa y lista para celebrar su día especial.

Tapé el micrófono del móvil con la mano por un momento y le sonreí a Evie.

-Evie, te ves preciosísima.

-La tía Thaís me peinó y me arregló.-respondió con una sonrisa radiante.

Thaís sonrió orgullosa y le acomodó el cabello a Evie con ternura. Miré a mi hermana, agradecida por su ayuda.

-Thaís, ¿podrías ir por Oscar?

-¿Papá está bien?-preguntó Evie con preocupación en sus ojos.

-Sí, cariño, está bien. Sólo necesita que alguien vaya por él porque su auto no enciende.-aseguré, acariciándole la mejilla.

-No hay problema, iré por él. Envíame la localización.-asintió decidida.

-Gracias.-suspiré aliviada. Removí mi mano del micrófono para volver a la llamada.--No te preocupes, Oscar. Thaís irá a recogerte. Ella llegará en unos minutos a tu casa.

◇ About You ◇ Oscar Piastri ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora