Vaya que el tiempo pasaba rápido, mis hermosos hijos ya tenían 4 meses de haber nacido, pasamos muchas noches en vela, pero cada momento había valido la pena. Alastor estaba demasiado cansado y ni hablar de mi.
Incluso ya teníamos unas enormes bolsas grises debajo de los ojos, los niños ya eran más calmados con respecto al horario de dormir. Eran un poco berrinchudos pero yo no les veía tanto problema,me recuerdan a mi yo del pasado.
Alastor era un poco más estricto con ellos pero siempre hacia todo para tenerlos felices y alegres.
A pesar del cansancio, cada sonrisa, cada risita de los pequeños, renovaba nuestras energías. A medida que pasaban los días, Alastor y yo nos íbamos convirtiendo en un equipo más sólido. Compartíamos las responsabilidades y nos apoyábamos mutuamente en los momentos difíciles.
Los días se llenaban de pañales, biberones, risas y alguna que otra lágrima. Pero en medio de todo el caos, encontrábamos momentos de calma y felicidad. Ver crecer a nuestros hijos era un regalo que no teníamos palabras para describir.
Verlos jugar con Charlie, Angel, Nifty y Cherry era increíble, mientras los demás solo observaban y sonreían, de vez en cuando los huéspedes pedían cargarlos o jugar con ellos. Alastor como ya había dicho,era muy estricto con ellos así que no le daba tanta seguridad dejarlos a manos de los pecadores, a mí tampoco me daba mucha seguridad pero siempre les dábamos una oportunidad y afortunadamente todos la pasaron sin problemas.
Los días seguían su curso, con cada momento marcado por el crecimiento y las travesuras de los pequeños. Alastor y yo nos turnábamos en las noches, tratando de descansar aunque fuera un poco mientras los niños dormían. A veces, entre risas y llantos, nos deteníamos a contemplar cómo se iban desarrollando, maravillados por cada nuevo logro.
Nuestra pequeña familia se había convertido en el centro de nuestro universo, y aunque la rutina era agotadora, no cambiaríamos nada por el mundo. Alastor se mostraba como un padre protector, siempre vigilante ante cualquier situación, mientras yo disfrutaba cada momento de complicidad con los pequeños.
Los días se sucedían entre juegos y cuidados, con Charlie, Angel, Nifty y Cherry demostrando ser excelentes compañeros de travesuras para los bebés. A pesar de nuestros temores iniciales, la confianza en nuestros huéspedes crecía a medida que veíamos cómo interactuaban con los pequeños con ternura y cuidado.
Cada día era un nuevo aprendizaje, tanto para nosotros como padres, como para nuestros hijos. Y aunque el cansancio seguía siendo parte de nuestra realidad, el amor y la alegría que irradiaban los pequeños hacían que todo valiera la pena.
Finalmente Alastor y yo nos encontramos durmiendo tranquilamente,pero nuestra tranquilidad se fue en cuanto oímos a los bebés llorar. Me removí entre las sábanas y mire a Alastor.
Alastor: Yo me encargo cariño,tu sigue descansando
Lucifer: Gracias, mi amor
Sonreí y observé como Alastor tomaba a los niños en sus brazos y hacia desaparecer el efecto de radio en su voz, solo para cantarles y que así volviera a dormir. Ya estaban acostumbrados a dormir así, con una canción de parte de Alastor, los pequeños poco a poco iban durmiendo nuevamente.
Los pequeños finalmente se durmieron nuevamente al son de la dulce voz de Alastor. Observé a mi amado con ternura mientras se ocupaba de nuestros hijos, admirando su habilidad para calmarlos con su canto.
Una vez que los bebés estuvieron tranquilos, Alastor se acercó a la cama y me miró con una sonrisa cansada pero amorosa.
Alastor: ¿Estás bien, mi querido Luci?
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✧Entre placeres y sentimientos✧//Radioapple//
Romance¿Todo lo que está pasando es realidad? O simplemente un sueño mío... ¿Será que el me ama de verdad? ⚠️ ATENCIÓN⚠️ Este contenido tiene: •Escenas Explícitas 🔞 •Lenguaje Vulgar •Desarrollo de Personajes •Narrativa madura No es apta para el público m...