Capítulo 6

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Desde aquel día en que Lucca me molesto hasta que Nathaly vino a ayudarme, encontré fácil que mi mente divagara hacia terrenos peligrosos, donde las fantasías de Lucca y yo vivían vívidamente en mi mente. Mi estadía en su castillo fue más agradable de lo que esperaba. Nathaly y el resto de su personal eran muy amigables, y Evert no era tan malo después de pasar unas semanas conociéndolo. El águila calva y yo parecemos tener una compresión, yo me mantengo fuera de su camino y es buen día para todos. Lucca, solo por puro aburrimiento, a menudo me molesta, pero cada vez que él quería divertirse de verdad, dado que lo he rechazado cada vez, él salía y volvía a casa con una amiga diferente cada vez. 

Evert y yo empezamos a formar una amistad. Él es un completo tonto, pero había momentos en los que podía ser realmente dulce. Se volvió fácil para mí y para Evert bromear juntos. Él era muy realista y aunque siempre llevaba un arma, no me molestaba tanto estar cerca de él, por muy loco que suene. Resulta que él y yo conectamos bien el uno con el otro. Por lo general, pasábamos nuestros fines de semana simplemente pasándola bien, a menos que él estuviera ocupado haciendo cosas para Lucca.

En este momento estábamos sentados en la sala de estar, viendo la saga de Transformers y comiendo palomitas de maíz.

-¿Puedes dejar de acaparar todas la palomitas de maíz? -preguntó Evert mientras se estiraba tratando de alcanzar el gran tazón de palomitas.

-No si sigues agarrando puñados cada cinco segundos. -respondí alejando el tazón de él, mientras mis ojos se mantenían pegados en bestias robot que han evolucionado en un planeta selvático colonizado por Transformers hace mucho tiempo, es atacado por el dios oscuro devorador de planetas, Unicron.

-Ya sabes que si quiero las palomitas de maíz, puedo conseguirlas fácilmente, ¿verdad? -afirmó Evert con una sonrisa arrogante.

-No tengo miedo de ti. -le recordé.

-Así lo dices. -dijo con una sonrisa.

-Sí, eso digo. -respondí, luego empecé a reír.

Mi timidez a menudo desaparecía cuando Evert estaba cerca, pero cuando Lucca entraba en la habitación, sentía que la atmosfera cambiaba y mi barrera se levantaba.

-No estoy seguro de haberte traído aquí para que pases el tiempo en mi casa. -afirmó simplemente, mientras se servía un poco de escocés y se sentaba en un sillón junto al sofá en el que Evert y yo estábamos sentados.

-Vamos, no te pongas así. Ella y yo solo nos estábamos divirtiendo. -se defendió Evert mientras ponía su brazo alrededor de mi hombro.

Aunque sus acciones eran reconfortantes, la mirada de muerte que recibí de Lucca me aterrorizó.

-Sí, bueno, dado que si deuda aún no ha sido pagada, prefiero que sea tratada como alguien que me debe, en lugar de alguien que está a mi nivel. Así que por favor, acompáñala a su habitación. -ordenó, sus palabras atravesaron mi corazón como un cuchillo.

¿Quién se creía que era?

-¿Disculpa? -mi boca habló antes de que se lo dijera, - Escucha aquí amigo, solo porque tienes un Porsche, un chofer y una limosina, no te hace mejor que yo. -dije sin intensión de detenerme, -Eres un idiota y un cerdo sin corazón, si te molesta tanto que esté aquí, puedes mandarme a casa y viviré en la comodidad de mi propio espacio. -me puse de pie, poniendo mis manos en mi cintura, aunque secretamente estaba petrificada por dentro.

Él me miro aburrido, respondiendo: -No se puede. -luego continúo con su despedida -¿Evert?

Ni siquiera dejé que Evert se pusiera de pie, me di la vuelta con desde, rodé los ojos y me dirigí a directamente a la habitación. Sin embargo, ni siquiera tuve la oportunidad de cerrar la puerta, Lucca irrumpió en ella junto a mí, luego nos encerró.

-¡Sal de aquí! -dije. ¡Sal de aquí! ¡No te quiero aquí! -grité de nuevo, empujándolo, mi ira alimentando mi valentía.

-Déjame ser claro. -se acercó a mí con un tono bajo. -Esta es mi casa. -otro paso. -Y mis reglas. Apenas eres una empleada, así que te sugiero que te alinees, cariño, porque hasta que se cumplan estos tres meses, estás bajo mi control. -me señaló y siguió avanzando hacia mí.

Retrocedí a ciegas, mi miedo me obligó a mantener mis ojos fijos en él.

-Ese fue el acuerdo. O haces lo que te digo, o puedes tumbarte en esa cama, aceptar mi segunda oferta y salir de mi casa de una vez por todas. -dijo en todo oscura, finalmente cerrando la brecha entre nosotros, mis rodillas chocando contra la cama.

Tuve que levantar mis manos para mantener el equilibrio y evitar caer sobre la cama.

El color de sus ojos brillaba de la ira, pero esos pozos azules eran tan fascinantes, incluso hipnóticos. Él sabía que me tenía acorralada, sabía que nunca dormiría con él, especialmente después de que constantemente jugaba conmigo solo para recordarme que no era su tipo. Me sentía cada vez más frustrada. Quería lastimarlo y al mismo tiempo quería acurrucarme en una bola y llorar.

Me enfadaba tanto que encontré mi mano volando hacia su mejilla, pero el tenia buenos reflejos, porque atrapó mis manos segundos antes de que llegaran a su rostro, intente con la otra mano y él también la atrapó. Luche contra su agarre y él sonrió sabiendo que no podía escapar, simplemente le encantaba cuando me tenía indefensa y vulnerable.

Lucca sabía cómo meterse bajo mi piel y sabía cómo llevarme a ese lugar donde intentaría pelear con él, incluso cuando sabía que no ganaría. Pensé en golpearlo donde no brilla el sol, pero él atrapo mi rodilla entre sus piernas, luego nuestros cuerpos cayeron sobre la cama. Me sujeto mientras colocaba una de sus piernas entre las mías abiertas. Sorprendida por nuestra posición, trate de moverme, pero la lucha solo hizo que mi falda subiera y que Lucca se apoyara más entre mis piernas.

Mi estómago empezó a dar vueltas, mientras los ojos de Lucca se oscurecían.

-Quiero tenerte. -afirmó simplemente en tono bajo.

Sus palabras hicieron que mis mejillas se inflamaran y mi respiración se aceleraba, haciendo que mi pecho roce constantemente contra su torso.

Mis manos todavía estaban sujetas sobre mi cabeza, mientras Lucca se sostenía a sí mismo, luego empezó a frotar su piernas suavemente contra mi entrada, hacía atrás y hacia adelante, hacía atrás y hacía adelante.

La fricción enviaba rápidos y continuos golpes desde todo mi cuerpo directo a mi útero y viceversa. Mi respiración se acelero mientras Lucca presionaba suavemente sus labios contra mi cuello. Besó desde la base de mi cuello hasta debajo de mi oreja, a mis mejillas y luego a la comisura de mis labios.

-¿Me dejarás? -preguntó contra mis labios en un susurro suave, mientras sus labios bailaban contra mi piel.

Siempre supo cómo jugar conmigo. Su nariz rozaba mi mejilla, sus labios besaban mi piel suavemente. Pero antes de dejarme llevar por sus trucos, recordé lo que vendría después si bajaba la guardia. El juego que estaba jugando con mi cuerpo era muy convincente, pero seguía siendo un juego.

-No. -dije firmemente.

Él se río, luego mordió mi labio inferior, lo jaló y luego lo soltó, y por instinto lamí mi labio inferior. Se alejó rápidamente y besó la parte superior de mi pecho.

Luego me miró a los ojos, -Di que sí... -me dijo, luego aterrizó otro beso suave como una pluma en mi pecho, -Déjame tenerte... -acarició la piel suave de mi escote con sus labios, -Solo esta vez... -añadió, luego besó mi piel de nuevo, -Déjame tenerte.

Luego me miró, sus ojos inundados de lujuria.

Oh, sabía cómo hacer que mi cuerpo quisiera el suyo, pero eso es lo que pasa, solo sería otro juguete para él, algo para pasar el tiempo. 

-No. -repetí.

Se veía ligeramente sorprendido por mi rechazo.

-Creo que deberías irte. -afirmé, mis ojos clavándose en los suyos. 

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Hola, mis querides lectores💙🌌

Espero que les esté gustando lo que va y les agradecería que dejaran sus comentarios y votos, los cuales son incentivos para todo escritor.

¡Gracias de antemano!

La Mujer de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora