Capítulo 29

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Narrador

-¿Qu-qué? -tartamudeó Elle, su garganta de repente se volvió seca, su corazón latiendo rápido.

-Cásate conmigo, Elle. -Lucca simplemente afirmó de nuevo, su propio corazón intentando salir de su pecho.

-¿Por qué? -preguntó ella frunciendo el ceño, no estaba segura de por qué esa era la pregunta que se le ocurrió.

-¿Por qué? ¿Por qué? ¿Realmente quieres preguntarme por qué? ¡Estoy enamorado de ti, Elowin! ¡Te amo! No me digas que no te has dado cuenta. -exclamó Lucca, sin creer lo que estaba sucediendo frente a él, no estaba seguro de qué esperaba con Elle.

-Pero Lucca, ¿no crees que es un poco rápido? ¿Impulsivo incluso? -preguntó Elle con cuidado, aunque sinceramente se estaba dando tiempo para procesar el hecho de que Lucca acababa de pedirle que se casara con él.

-Elle, date la vuelta. -ordenó Lucca, su voz sonando un poco exasperada.

-Gira... -él puso sus manos en su hombros y la giró para que mirara el cuerpo de Evert que yacía en su propia sangre, sin vida e inmóvil.

-Ahora, hubiera sido yo en el suelo en ese estado y tú siendo acosada por él en este momento, o esto, aquí y ahora. -susurró él mientras la volvía a girar para enfrentralo.

-Tú y yo, juntos. -agregó en un tono suave, acariciando su mejilla.

-¿Puedo... puedo tener un momento para pensarlo? -susurró Elle.

Lucca gruñía y apoyaba su frente en la de ella mientras suspiraba, -al menos bésame, por si acaso es la última vez. -declaró Lucca, sus palabras convirtiéndose en un cuchillo que apuñalaba su pecho repetidamente.

Su declaración hizo que el dolor de ella se hundiera.

¿Tenía miedo de que ella no se quedara?

Elle se apartó y acarició el rostro de Lucca, luego colocó sus labios suavemente sobre los suyos y lo abrazó.

En ese momento específico, ella supo la verdad. ¿Pero eso era siquiera posible? ¿Enamorarse de alguien en tan poco tiempo, sin mencionar su situación actual?

Cuando se separó, suspiró y negó con la cabeza mientras decía -Mierda, te amo.

Esa declaración hizo que su dolor se llenara de alegría. Se sentía bien decirlo en voz alta.

Lucca se rió y dijo -¿Eso significa que oficialmente puedo llamarte mi prometida? -preguntó de nuevo, frotando su cuello.

-No. -rió Elle, la sensación de sus labios en su cuello le hizo sentir mariposas revoloteando en su estómago.

-Mmm, ¿por qué no? -murmuró Lucca mientras acariciaba sus labios con los suyos y frotaba sus narices juntas, estaba enamorado y él mismo no podía creerlo.

-Porque no dije que sí. -dijo ella, mientras sus manos la acercaban más, acercando su cuerpo al suyo, podía sentirlo, y aunque se sentía nerviosa por su nivel de intimidad, no tenía miedo.

-Mmm, hay tantas formas en las que podría conseguir que lo hagas. -susurró Lucca en el oído de Elle, luego mordió su lóbulo, enviando una oleada de emoción por todo su cuerpo, haciendo que los dedos de los pies se le es crisparan en los zapatos.

-Eres tan travieso. -se rió ella mientras comenzaba a alejarse de él, para aclarar su mente antes de que los deseos de su cuerpo se apoderaran de ella.

-Y tú eres muy traviesa. -dijo Lucca mientras la seguía, agradeciéndole en silencio antes de que ya no pudiera controlarse.

Llegaron al auto, y ella lo miró y dijo -Vamos a casa.

La Mujer de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora