Elowin
-Si prometo no pelear, ¿puedes al menos dejarme caminar por mi cuenta? -pregunté mientras él me sostenía sobre su hombro, como si no pesara casi nada.
-Mientras no me empujes. -advirtió, luego me posó lentamente en el suelo.
Mientras lo hizo, su mano viajó desde debajo de mis muslos, rozó mi trasero, mi estómago, mi pecho y mis senos rozaron lentamente contra él.
Respiré hondo para tratar de calmar el repentino calor que surgía sobre mi piel.
Me miró hacia abajo, con su rostro tan cerca.
Sus labios prácticamente estaban a punto de besarse con los míos, excepto que no lo estaban.
Mantenía contacto visual conmigo, acercaba lentamente su cabeza, pero no lo suficiente, mi corazón palpitaba, mi cuerpo estaba listo para la descarga que recorrería mi cuerpo una vez que nos besáramos.
Sus ojos iban de mis labios a mis ojos, mientras lamía sus labios suavemente.
Suspiré frustrada por su coqueteo.
-¿Qué? -murmuró suavemente, pero eso solo hizo que todo mi cuerpo se volviera frenético.
-¡Solo bésame, maldita sea! -exclamé.
Me miró y frunció el ceño, luego dijo -No. -y así, se alejó.
Se apartó de mí, dio la vuelta alrededor y salió por la puerta.
Me quedé allí durante un buen minuto debatiendo si debía seguirlo.
Sin embargo, Lucca simplemente volvió a entrar a la casa unos segundos después, agarro mi mano y prácticamente me arrastró afuera.
Me empujó a su limusina y sentí que empezaba a protestar.
-¿Cuál es tu problema? -dije, mientras me enderezaba, y él se acomodaba.
-Te dije que no me empujaras. -explicó, mientras de repente se sentaba a mi lado.
-Lucca...
-Shh, ahora, cálmate, me duele la cabeza, estoy enojado y necesito dormir. -y así, puso su cabeza en mi regazo y se quedó dormido.
Suspiré desconcertada y disgustada.
¿No podía entender a este hombre una indirecta?
Suspiré y sacudí la cabeza, iba a ser una viaje largo.
Finalmente logré relajarme durante el viaje en el auto.
Apoyé mi espalda en el respaldo y distraídamente encontré mi mano jugando con su cabello.
-Mmm, es una forma agradable de despertar. -murmuró, asustándome.
-No hagas eso. -jadeé, luego me di cuenta de que aún tenía la cabeza en mi regazo.
-¿Lucca estás despierto? -pregunté suavemente.
-Mmm sí... -murmuró.
-Entonces, ¡Levántate! -afirmé, golpeando su brazo una y otro vez.
-Esta bien, tranquila, vaya. -dijo, pero su cabeza no se movió.
-Lucca, levántate.
-¿Por qué? -preguntó, mientras se saba la vuelta, sus ojos clavados en los míos.
-¿Por qué? Porque... -simplemente encogí los hombros.
-Porque... -dijo en un tono que insinuaba que siguiera.
-Porque tengo novio y no soy una infiel. -die, y de repente sus ojos se volvieron gélidos.
-Claro. -dijo, y se levantó rápidamente. Se apartó de mí, agarró su portátil, fingiendo que yo era invisible.
-Lucca...
-Ahórratelo. -me interrumpió, y su tono frío envió una flecha a mi corazón.
Suspiré y jugué tímidamente con mis dedos, pero eventualmente me quedé dormida profundamente, mientras el coche me arrullaba para dormir.
Me desperté en un campo de flores, desnuda sobre una manta, mi cuerpo envuelto en una sábana blanca.
El cuerpo de Lucca estaba de repente suspendido sobre el mío. Pasó su brazo por debajo de mi espalda, exponiendo mi cuello hacia él.
Pasó su nariz por un costado de mi cuello, suavemente, lo que me hizo arquearme hacia su pecho.
Su nariz recorrió mi cuello hasta llegar a la base, donde dejó un suave beso, provocando un gemido suave de mi parte.
Besó más abajo en mi pecho expuesto, apartando la sábana mientras continuaba bajando.
Mientras su boca adornaba mi parte superior, su mano viajaba desde mi rodilla hasta la parte trasera de mi muslo, cada vez más bajo, yo esperaba su toque, mientras jadeaba impaciente.
Su otra mano bailaba lentamente por la piel desde mi hombro hasta mi costado, y hasta mi cintura.
Se posicionó sobre mí.
Me besó profundamente y luego se apartó mientras decía -Dime qué quieres.
-A ti. -susurré, mi cuerpo y nervios en un frenesí.
-¿Qué?
-A ti, te quiero.
-Elle...
-Tú, Lucca, te quiero.
-Elle, despierta.
*
*
*
*
Lo pueden creer, la golosa de Elle estaba teniendo sueños húmedos con Lucca. A veces no la entiendo, no le quiere ser infiel a Diogo pero tiene sueños con Lucca.
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La Mujer de la Bestia
RomanceTrabajar como camarera en Limerick no era precisamente el sueño dorado de Elowin; siempre anhelaba una nueva oportunidad, una aventura que cambiara su vida. Y como bien dicen, ten cuidado con lo que deseas. Todo cambió en un instante cuando Elowin...