Capítulo 23

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Narrador

Diogo yacía en el frío suelo, sufriendo un dolor atroz.

Lucca realmente le había hecho mucho daño.

Normalmente, él no habría reaccionado así, pero cuando recibió una pista anónima de que Elle tenía a un hombre en su casa, tuvo que volver rápidamente.

Y le dolía que ella fuera tan rápida en traicionarlo por ese gilipollas.

Luego se lavó la cara y se dirigió a la cocina.

Fue directamente al congelador, agarró una bolsa de hielo y se la colocó en la cara, luego regresó a la sala de estar, donde encontró a alguien, un hombre, sentado en el sofá.

Diogo

-¿En qué puedo ayudarlo? -pregunté con cuidado.

-Es depende. -respondió el hombre mientras me miraba.

-¿Depende de qué? -pregunté en tono cauteloso.

-Depende de si estás dispuesto a cometer un asesinato. -explicó simplemente el hombre.

Lo pensé por un momento antes de decidir jugarle el juego.

-Depende. -respondí, encogiéndome de hombros.

-¿Depende de qué? -respondió el hombre, inclinando un poco la cabeza, como si me estuviera estudiando.

-¿A quién vamos a matar y cuál es la trampa? -especifiqué.

-Bueno, el objetivo es sencillo. Lucca Kingston. La trampa, bueno, no hay trampa, excepto que compartiremos su posesión más preciada, Elle. -explicó el hombre, con una sonrisa.

En este momento, realmente no me importó pensar en cómo sabía acerca de esos dos y cuáles eran sus problemas personales con ellos.

Solo quería venganza.

-¿Por qué yo? -pregunté con cuidado.

-La cosa es que ambos queremos algo, o en este caso alguien, y hay un diablo despiadado que se interpone en nuestro camino. Así que sugiero que nos unamos, lo eliminemos, y los dos podremos compartir el premio por igual. Ella es bastante inocente y de pocas palabras, creo que sería una esclava perfecta para recibir en casa. -dijo el hombre de manera sádica.

-Estoy escuchando. -respondí, mientras el hombre se sentaba repentinamente erguido.

-Llámame mañana por la noche. -dijo el hombre mientras colocaba una tarjeta sobre la mesa de café y comenzaba a alejarse.

-Espera, ¿cuál es tu nombre? -dije antes de que se alejara demasiado.

El hombre se volteó y simplemente sonrió mientras el malvado plan se cocinada detrás de sus ojos, luego simplemente encogió los hombros y dijo -La gente me llama Evert.

Lucca

Estaba sentado en mi escritorio con la cabeza entre las manos. 

Soy un idiota.

La única forma que conozco de ganarme a Elle es mostrando mi dominio, pero no creo que esté funcionando a mi favor.

-Eres un idiota. -dijo la voz de Nathaly, mientras ella entraba en la oficina, usando su bastón para apoyarse, mientras Gill llevaba una bandeja de cena detrás de ella y la colocaba en mi escritorio.

-Oh, Nathaly no tenías que hacerlo. -dije, mi estómago gruñendo mientras me disponía a empezar a comer.

-Deja la cuchara. Eso no es para ti. Es para Elle. Si piensas que esta es tu segunda oportunidad de ganártela, no voy a permitir que la arruines con tu estupidez. Ahora vas a ir hacia esa chica, ofrecerle algo de comer, y luego invitarla a cenar mañana. Si ella se niega, déjala estar. Pero habla con ella. Sé su amigo. No te escondas como un cobarde raro y esperes que ella te acoja con los brazos abiertos. ¡Ahora muévete! -ordenó Nathaly.

La Mujer de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora