Capítulo 32

1.2K 45 3
                                    

Narrador

Dos semanas después...

-Elowin, desde el día en que te vi y cuando derramaste ese café en mi camisa, entraste en mi vida y supe que me cambiarías para siempre. Nunca pensé que sería yo el que estaría aquí, en posición de novio. Y eso es posible gracias a ti. Sé que al principio no fui lo que esperabas, pero si me lo permites, a partir e hoy eres mi reina y siempre te tratare como tal. Y si alguna vez me desvío del camino, sé que me guiarás de vuelta. Te amo. Y sé que me enamoraré de ti todos los días.

Esas palabras hicieron que los ojos de Elle se llenaran de lágrimas de felicidad.

No podía creer que se estaba casando con Lucca.

Gill bendijo a los recién casados en el patio trasero, con la licencia que obtuvo en internet.

Elle y Lucca celebraron su boda en compañía de su personal tanto de la casa como del trabajo.

Cuando llegó el momento de la recepción, Elle se cambió de su vestido de novia a un hermoso vestido plateado con detalles brillantes, que abrazaba su cuerpo cómodamente y caía hasta el suelo. El escote en forma de corazón llamaba la atención en la parte superior de su pecho, y su moño pulido le daba el aspecto de una reina sofisticada.

Elle pensó en invitar a su exjefe y mejor amiga, pero decidió no hacerlo sabiendo que lo usarían en su contra, dado que se casó con el hombre que puso en peligro sus vidas el día que la secuestró.

Elle y Violet se conocieron por primera vez como algo más que simples conocidas, todavía no eran amigas pero trataban, Violet incluso apareció con su nuevo prometido, que parecía ser un buen hombre.

Cuando todos se fueron a sus casas, Nathaly se retiró a su habitación y Gill también lo hizo, mientras los recién casados se dirigían a la suite principal de la mansión, donde el personal de la casa les tenía una sorpresa preparada.

Elle entró por las puertas, sabiendo exactamente lo que iba a suceder.

Habían rosas rojas y blancas que bañaban la habitación, junto con las velas perfumadas y la luz de las velas, le daban a la habitación un ambiente muy romántico. Sin embargo, por muy impresionante que fuera, todavía podía sentir sus nervios atacar todo su ser.

Estaba jugueteando con sus dedos cuando Lucca la rodeó con los brazos desde atrás y besó su cuello.

Se sintió un poco más tranquila, pero el nudo en su estómago no desaparecía.

Sintió que sus nervios se apoderaban de ella y se apartó rápidamente de él, sacudiendo la cabeza.

-Espera, Lucca, no estoy lista, no creo que pueda hacer esto. Tal vez...

-Oye, está bien. No tenemos que hacer nada que no quieras. Tenemos todo el tiempo del mundo. ¿De acuerdo? Podemos ver algunas películas, comer fresas con chocolate o disfrutar un poco de vino en el jacuzzi, depende de ti. -le tranquilizó Lucca mientras le besaba la parte superior de su cabeza y la abrazaba.

-Vamos a cambiarnos, ¿de acuerdo? -dijo él y la llevó al armario reformado de ambos.

Lucca comenzó a desabrochar lentamente su vestido, mientras sus labios acariciaban sus hombros, cuello y espalda.

Sus manos recorrieron suavemente su piel mientras empujaba las correas de los hombros, por los brazos y fuera de las puntas de sus dedos.

Elle jadeo a causa de su seductora caricia, se sentía bien. El vestido cayó a sus pies y ella se deslizó fuera de él, mientras Lucca le envolvía una bata de baño. Ella suspiró agradecida y se volvió para mirar a su esposo, se encontró riendo al verlo.

La Mujer de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora