**Hoy me decidí por subirles dos capítulos seguidos, aunque no me comentan, muchas por leer y disculpen si soy mala escribiendo**
Elowin
Los tres meses pasaron como un borrón, con la ayuda de Evert y Nathaly.
Desde el día en que lo rechacé en mi habitación, Lucca ha mantenido su distancia. No intenta nada, ni invade mi espacio personal. Ya no me molesta, y yo ya no era su principal objetivo, incluso si estábamos atrapados en su oficina durante horas.
Hoy era mi penúltimo día, y estaba feliz de irme de la mansión. No me malinterpreten, Evert y Nathaly son los mejores, pero siempre seré más feliz en casa. Ya que era sábado, no estábamos en la oficina, de hecho Evert y yo estábamos ocupados jugando en la cocina.
Horneando y haciendo un desastre.
-¡Dios mío, Evert, déjame bajar! -me reí mientras él me levantaba.
-Discúlpate. -dijo simplemente.
-No. -reí mientras pateaba mis piernas.
-Está bien. Entonces puedo hacer esto todo el día. -me dio vueltas, haciendo que soltara otra ráfaga de risitas.
Le arrojé un poco de harina en la frente y él me levantó, sin dejarme bajar.
-¿Te estás divirtiendo? -llegó una voz peligrosamente tranquila desde la entrada de la cocina.
Lucca me miró y Evert me colocó en el suelo.
-Mi oficina. Ahora. -exigió simplemente, sus ojos pegados en mí y mis pies obedecieron rápidamente.
Mientras me dirigía hacía allá, escuché a Evert decir: -Lucca, amigo, no exageres, solo estábamos divirtiéndonos un poco.
-Una palabra más de ti y mostraré exactamente por qué soy el que manda. -escuché a Lucca amenazar, luego se fue.
En el momento en que estuvimos a solas en la oficina, Lucca dio un giro y agarro mi cabello, forzando mi cabeza hacia atrás, mis ojos se encontraron con los cuyos y sus labios estaban a centímetros de los míos.
-¿Te gusta meter cuernos en mi casa? ¿Eh? ¿Te gusta ser una zorra con mis hombres? -preguntó oscuramente y mi corazón comenzó a latir más rápido.
-N-no. Lo siento. -dije, temiendo por mi vida.
-Lamentarás todo esto si te encuentro con él de nuevo. -amenazó, rozando sus labios con los míos.
-¿Por qué siempre haces eso? ¿Por qué? no simplemente me besas? -pregunté suavemente, deseando tanto probarlo.
Estaba realmente trastornada, él me estaba jalando el cabello y yo estaba preocupada por besarlo.
-No eres mi tipo. -me recordó y eso destrozó mi corazón.
De repente lo empujé y luego lo abofeteé -¿Cómo te atreves? Si no soy tu tipo, ¿por qué demonios te importa si coqueteo con Evert o no? ¡Eh! -dije empujándolo una vez más.
Sus ojos eran aterradores y oscuros mientras decía: -Oh, no me importa que coquetees con Evert, siempre y cuando no lo hagas en mi casa.
-Oh, entiendo. Bueno, menos mal que mañana es mi último día, así que dejaré este infierno y Evert y yo haremos lo que queramos. ¡Y tú no puedes decir nada al respecto! -grité, lo empujé, salí y cerré la puerta tras de mí.
Terminé sin ver a Lucca el resto del día.
Al día siguiente me desperté de buen humor. Empaqué mis cosas con una sonrisa en mi rostro, y cuando hubo un golpe en la puerta, caminé hacía allí con alegría, sabiendo que había pagado mi deuda y dejaría esta mansión y a Lucca atrás para siempre.
Abrí la puerta y automáticamente mi sonrisa desapareció. Allí de pie frente a mí estaba Evert, con una mirada tan fría como siempre.
-¿E-está todo bien? -pregunté cautelosamente, sintiendo su frialdad.
-El jefe quiere verte en la oficina. Ahora. -dijo Evert, con la voz vacía de emociones, era realmente aterrador.
-Evert, ¿estás bien? ¿Hice algo mal? -pregunté mientras puse mi mano en su hombro, pero él rápidamente se apartó.
Retirando mi mano hacia mi pecho, di un paso atrás y suspire tristemente. Cerré silenciosamente la puerta detrás de mi, seguí a Evert, mi corazón latiendo en mi garganta. Cuando llegué, Evert abrió la puerta, me dejó entrar, luego me encerró con el diablo de mirada fría.
-Siéntate. -fue como me saludó.
Me acerque a su escritorio con cuidado y me hundí en la silla. La forma en que me miraba me hacía sentir como una niña a punto de ser regañada.
-Así que los tres meses han terminado y tu deuda ha sido pagada. Me complace informarte que eres libre de irte y que tú y yo nunca tendremos que cruzarnos nuevamente. -dijo recostándose en su silla.
-Vale... gracias. -dije, luego me preparé para irme.
-A menos que... -añadió, haciendo que me detuviera en seco. -quieres quedarte y ser mi secretaria. Has sido de gran ayuda y una trabajadora eficiente, y puedes ir y venir como quieras. Ni siquiera tienes que dormir aquí. -dijo Lucca con una sonrisa.
¿Estaba hablando en serio?
Me encontré estallando en risa ante su oferta, -¿E-estas s-seguro, en serio? -pregunté, luego me doble de risa, mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas y mis costados comenzaron a doler.
-Lo siento, Lucca, pero prefiero cortarme el brazo y comérmelo antes de decidir volver a trabajar para ti. Gracias por la oferta, pero no gracias. -dije mientras me levantaba.
Sus ojos se pusieron duros por un segundo, luego sonrió, sonrió tan encantadoramente, que me puse nerviosa por la forma en que estaba sonriendo.
-Esperaba que dijeras eso. Mira, ahora no tiene opción. Ya no eres mi empleada, pero ahora eres mi prisionera y no irás a ningún lado. -declaró mientras se levantaba.
-¿Esto es una broma? -me encontré preguntando.
-No. -dijo sin una pizca de diversión.
-¿De verdad esperas que me quede contigo? -cuestioné, levantando una ceja.
-Oh, sí. Si no, Evert muere. -explico simplemente con una mirada mortal.
-No puedes estar hablando en serio. -dije, mi boca de secó.
-Tráelo. -gritó y entro águila calva con Evert.
Forzó a Evert a arrodillarse y puso una pistola detrás de su cabeza.
-Ya sea que decidas quedarte conmigo o lo mato ahora mismo. Luego te mato a ti. -declaró Lucca con una mirada oscura.
-Lucca basta esto no es divertido. -dije, de repente sintiéndome envuelta en miedo.
-Nunca dije que esto fuera una comedia. Acepta quedarte conmigo, o enterraré dos cuerpos esta noche. -anunció y me derrumbe ante sus palabras.
**Narrador**
Elowin tenía miedo, no quería quedarse más tiempo, pero tampoco quería que mataran a alguien por su culpa y menos al chico que ha considerado su amigo durante su estadía en la mansión.
-No entiendo... Lucca, pagué el dinero que debía, ¿qué más quieres de mí? -dijo Elowin mientras miraba con incredulidad los eventos que se estaban desarrollando.
-Tienes razón, lo hiciste, pero el dinero ya no es lo que quiero. ¡Te quiero a Ti! Y siempre obtengo lo que quiero. -siseó Lucca mientras miraba a la hermosa y tímida mujer frente a él.
Su miedo, sus lágrimas y su incertidumbre despertaron a la bestia dentro de él, y esa bestia iba a conseguir a esa belleza, sin importar el costo.
*
*
*
Hola, mis querides lectores💙🌌Espero que les esté gustando, muy pronto abra un capítulo desde la perspectiva de Lucca.
¡Gracias de antemano!
ESTÁS LEYENDO
La Mujer de la Bestia
RomansaTrabajar como camarera en Limerick no era precisamente el sueño dorado de Elowin; siempre anhelaba una nueva oportunidad, una aventura que cambiara su vida. Y como bien dicen, ten cuidado con lo que deseas. Todo cambió en un instante cuando Elowin...