Capítulo 30

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Elowin

Me desperté de un sueño confuso y la imagen de Lucca dormido, me llamó mucho la atención, y me acerqué lentamente, incapaz de resistirme a tocarlo. Después de cómo lo he dejado varias veces con ganas, para ser justos, debería compensarlo.

Deslizo las yemas de mis dedos por su cuello y su espalda, recorriendo lentamente cada uno de sus músculos en círculos. 

-¡Oh, estás tan musculoso! ¡Quiero dejarte marcas de arañazos por toda la espalda!

Aún dormido, Lucca gime en voz baja y se da la vuelta.

Este hombre será mi fin...

Me acerco a él y acerco mis labios a su oreja. Mordisqueando suavemente el lóbulo de su oreja y le susurro -Y será mejor que despiertes, porque te necesito dentro de mí, ahora.

Lucca gime de nuevo, moviendo ligeramente el cuerpo, todavía muy dormido. 

-En serio, Lucca, ¡no me hagas cambiar de opinión! Oh por el amor de Dios, ¿podrías despertar?

Se pone boca arriba, pero su respiración es profunda y constante. Me siento en la cama a su lado, empezando a enfadarme.

Su miembro ya está a medio camino, y es estimulante sentir cómo se pone dura bajo mis caricias.

-¡Oh, joder!

Le bajo un poco el bóxer y agarro su duro miembro con la mano, bombeando lentamente. Con cada bombeo, lamo lentamente la punta. Finalmente, lo meto en mi boca, metiéndola y sacándola, lamiéndola, chupándola, un poco más fuerte y un poco más rápido con cada bombeo. 

-Mmm, lo necesito...

Demasiado impaciente, muevo la otra mano hacia abajo y me toco por encima de las mis bragas mojadas. Se me escapó un fuerte gemido y mi estómago empezaba a sentirse raro e incómodo.

Traté de ignorarlo y seguir, pero cuando un dolor sordo comenzó a crecer en mi estómago inferior, supe que algo no estaba bien, pero la sensación era demasiada familiar.

-¡Lucca! ¡LUCCA! Lucca, despierta. -lo sacudí, mientras mi mente empezaba a repasar mi lista mental, justo cuando me di cuenta de que me faltaban dos cosas importantes. 

-Mmm, ¿qué? -murmuró Lucca mientras se quejaba y se frotaba los ojos, con cara de desconcierto y medio dormido. -¿Elle? -un momento después, su cerebro por fin alcanza su miembro, y Lucca sonríe, su mirada hambrienta se encuentra con la tuya. 

-Necesito ir a la tienda. -murmuré en voz baja, frunciendo ligeramente el ceño mientras la incomodidad en mi abdomen inferior crecía y disminuía.

-Cariño, pero lo que creo que necesitas lo tengo aquí en mi mesa de noche. -me mira con un sonrisa de oreja a oreja y una ceja levantada.

-No, no entiendes. Necesito ir a la tienda. -dije enfatizando la palabra necesito.

-¿Por qué? Cualquier cosa que necesites, Gill puede conseguirla. -dijo, aún con su ceja levantada y riendo.

-¡Qué no!. -dije molesta.

-¿Por qué? -gruñó , abriendo los ojos y guardando su viril miembro.

Bufé e intenté moverme cuando sentí algo en mi región baja.

Sentí una cálida sensación de goteo que se filtraba debajo de mí y en las sábanas, y mis ojos se abrieron de par en par.

Oh no.

-¿Elle, estás bien? -preguntó Lucca, mientras observaba mi postura rígida.

-Uh, Lucca, necesitas salir de la cama y abandonar la habitación. -dije, lanzándole una mirada rápida ates de evitar el contacto visual.

La Mujer de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora